DESDE AFUERA

¿Deveras, presidente?

Francamente resulta difícil pensar que Usted, de entre muchas personas, parezca condonar siquiera la apariencia de un fraude electoral

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Francamente resulta difícil pensar que Usted, de entre muchas personas, parezca condonar siquiera la apariencia de un fraude electoral. Y es cierto que la diferencia entre condonar y condenar son apenas dos letras. Pero los conceptos son muy distintos, opuestos incluso.

Y lo que ocurrió en Venezuela es condenable. Porque lo que trata de hacer el aún presidente Nicolas Maduro es un fraude electoral. Y lo peor es que fue muy transparente, casi cínico.

No le bastó con haber organizado una elección de estado, con las autoridades electorales, legislativas, judiciales, militares, en su favor. No le bastó con amenazar, obstaculizar, reprimir, o de hecho hacer todas esas cosas que muchos creíamos, y algunos todavía creen, eran exclusivos de las dictaduras de derecha.

Cierto es que el señor -y ese es un título otorgado generosamente-  Maduro se dice "de izquierda", se proclama heredero de la revolución de Hugo Chávez, que por cierto fracasó en un intento de golpe, pero ganó la presidencia en elecciones. Cierto es que otros gobiernos "de izquierda", como el nicaragüense del señor Daniel Somortega, y el cubano -históricamente obligado a respaldar a gobiernos afines y más a uno de sus pocos apoyos económicos- lo han apoyado, como os regímenes de Rusia, China e Irán.

Pero los países de izquierda democrática, esos que  participan políticamente y son electos por mayoría de votos, tratan de convencer -y no imponer- al electorado, no están de acuerdo. Naciones como Chile, Brasil, Colombia, han expresado abiertamente que se necesita de transparencia electoral. Y aunque Maduro anunció que lo hará, queda ya bajo sospecha.

Y si, es correcto mantener puertas abiertas para propiciar diálogo, evitar involucrarse en temas de política doméstica de otros países -aunque todavía no entiendo las excepciones en Bolivia y Perú-. Pero en el caso de Venezuela...

Es explicable. A lo largo de su gobierno usted se ha interpuesto entre su equipo y las críticas. Ha disculpado, protegido, apoyado a funcionarios mediocres y desempeños aún más medianos, porque en muchos casos son personas que estuvieron con usted en buenas y malas.

Pero esta vez ni siquiera el Grupo de Puebla, la red de "networking" de la izquierda latinoamericana se ha pronunciado.

¿Usted cree que Maduro es víctima? Tal vez sí, pero en gran medida de sus propios excesos.

La situación de Maduro viene de un deterioro económico de casi 15 años, de una política represiva que solo realizan los gobiernos cada vez menos populares. El testimonio más preciso es el de los más de siete millones de venezolanos que han salido del país y la preocupación, casi miedo de sus vecinos, de que salgan varios millones más en el futuro próximo si Maduro retiene el poder con un fraude descarado.

En fin, presidente, Usted es uno de los más populares mandatarios que hemos tenido y hace la política exterior que le parezca. Pero francamente...

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS  

COLABORADOR   

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM        

@CARRENOJOSE1

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