OPINIÓN

Hablemos de ansiedad: para conocerla, comprenderla y atenderla

Somos seres emocionales, racionales de acciones y relaciones, para comprendernos hay que atrevernos a observar cómo, cuándo, dónde, con quién, qué y para que se presentan nuestras emociones y pensamientos

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María Isabel Romero López es Maestra Psicología Clínica Integrativa y colaboradora de El Heraldo de México
María Isabel Romero López es Maestra Psicología Clínica Integrativa y colaboradora de El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Buscando comprender la ansiedad te invito a retomar el artículo anterior donde hablamos de crisis.

Recuerda crisis significa cambio, (Pueden ser fracasos escolares, fallas de comunicación, divorcio, molestias físicas o psíquicas, perdidas, etc.)

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Estado de crisis

Todo cambio enciende nuestro sistema de alerta “Ansiedad” que es nuestro radar de supervivencia y conservación, pues lo desconocido genera incertidumbre.

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Nuestro cerebro al recibir e identificar un motivo=señal para actuar, enciende nuestro switch de alarma; lo hace para alertarnos a tomar decisiones. Dicho estado es conocido como ansiedad. El mensaje que recibimos es “necesitas hacer algo”.

Iniciando así su proceso de búsqueda de la satisfacción. Para comprender mejor este proceso te invito a hacer el siguiente experimento: (Imagina por ejemplo que estas en clase tranquilamente y de pronto entra el profesor anunciando que hay examen sorpresa: (oh; puedes imaginar la situación frustrante que se te ocurra).

Ahora conecta en este momento con los latidos de tu corazón, observa si hay en ese momento sudor en alguna parte de tu cuerpo, localiza si algún musculo se pone tenso, obsérvalo, revisa los pensamientos que vienen a tu mente, observa que emoción te acompaña, ¿si fallaras en ese examen o situación hay alguien a quien le afecta? ¿Qué podrías perder? Inhala dejando entrar todo el aire que sea posible, mantenlo unos segundos y exhala lentamente, si es necesario repite varias veces, suelta esta situación, muévete un poco. (Todo proceso tiene un inicio, un desarrollo y un fin).

Ahora bien, cuando no logramos satisfacer nuestros objetivos, el switch continúa encendido para recordarnos que hay una necesidad pendiente, por lo que cada vez que recordamos la situación el organismo vuelve a segregar neurotransmisores para impulsar la acción encaminada a la satisfacción; pero, si esta se ve frustrada, la ansiedad se incrementa por la producción constante de sustancias como el cortisol, la dopamina, la adrenalina y otras que dependerán de la emoción, defensas, características de personalidad que entran en juego y que tiene que ver además con el significado que le otorgamos a la situación y con nuestra manera de conectar con nosotros, los demás y las cosas del mundo.

Dicho lo anterior es importante comprender que mantenernos insatisfechos y en frustración puede resultar cansado y hasta favorecer el sentirse desencantados de la vida, a la larga puede mermar nuestras capacidades cognitivas, afectivas, comportamentales y, por supuesto, relacionales, impacta además en la desmotivación del impulso que nos mueve a hacer o decir las cosas. (Es una cuestión multifactorial en donde por supuesto se manifiesta nuestro carácter y actitud)

En cambio, sí nos percibimos positivos, atinados, aprobados, tenemos mayor probabilidad de experimentar placer y satisfacción, lo cual aumenta la motivación y los deseos de vivir, fortaleciendo nuestra autoestima confianza-seguridad de hacer y decir las cosas.

Reconocer y conectar con la función de la ansiedad en nuestra vida puede ayudarnos a considerarla más como amiga que como enemiga, logrando así observar el motivo por el cual se enciende=presenta.

Hagamos ahora el siguiente paralelismo:

Piensa que la ansiedad y el dolor tienen una función paralela el primero es nuestro radar interno que se enciende para alertarnos, ayudarnos y prepararnos para atender, proteger, defender lo que psíquicamente consideramos nuestro

(puede ser un pensamiento, una expectativa sobre una persona, una cosa, una idea, una creencia, se podría considerar más psíquico por lo tanto puede estar o no en nuestra realidad) sin embargo a veces también pueden ser causa de dolor.

Ahora piensa en el dolor físico como un swich que se enciende para avisarnos que algo está causando molestia física (Un dolor de garganta, de cabeza, de piel, de estómago, sueño, hambre, etc.) Este dolor nos permite conectar con nuestras necesidades corporales para atenderlas y lograr la supervivencia y conservación Si estas necesidades no se atienden también pueden causar ansiedad

Es por lo anterior que te propongo ver a la ansiedad y el dolor como parte del radar de supervivencia y conservación cuando se activan es con la intención de alertarnos y prepararnos para la atención, protección (Psíquica o física) ya sea de nosotros mismos y de lo que nos importa, es valioso comprender que hay decisiones que no nos corresponden por lo que requieren ser soltadas de nuestra parte (Por ejemplo una infidelidad, mentira o fallo de un tercero) mientras las que, si dependen de nosotros,(Ejemplo: Ir al médico a recibir un posible diagnostico de enfermedad) hay que asumir el riesgo y la incertidumbre con compromiso y responsabilidad

Somos seres emocionales, racionales de acciones y relaciones, para comprendernos hay que atrevernos a observar cómo, cuándo, dónde, con quién, qué y para que se presentan nuestras emociones y pensamientos.

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De acuerdo con el diagrama anterior, las emociones de las esquinas (miedo, enojo, tristeza y alegría) son las emociones primarias; (Son inherentes a la vida se presentan de manera instintiva) con la socialización y experiencia vamos construyendo conceptos y simbolismos que amplían nuestro bagaje emocional. Las de arriba y abajo son actitudinales, (orgullo, venganza, culpa, vergüenza) es decir, formas de afrontar, muy asociadas al carácter y a las demandas del ambiente. La ansiedad y el dolor son nuestra brújula. Su función es impulsarnos para la toma de decisiones. Por otro lado, el estrés y la frustración son sensaciones incomodas que necesitamos trascender (asumir y aceptar la incertidumbre) como parte de la vida (Comparativamente, cómo lo hicimos al nacer cuando aceptamos la vida, al asumir la responsabilidad de inhalar, sostener y exhalar) Dando paso con ello al crecimiento, desarrollo y aprendizaje.

Te invito a realizar el siguiente ejercicio. Recuerda que el objetivo es que puedas identificar más fácilmente lo que sientes en diferentes circunstancias, hazlo con cada una de las emociones y sensaciones que experimentas.

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Paso a paso iremos integrando y relacionando este y otros temas con nuestro ser persona en general.

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