COLUMNA INVITADA

Estado de crisis

Te invito a pensar en las crisis como oportunidades de desarrollo, crecimiento y madurez

OPINIÓN

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María Isabel Romero López / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
María Isabel Romero López / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Hola, hola, ¿Cómo estas hoy? Comencemos por darle una definición a lo que puede ser, experimentarse en estado de crisis. Algunos le llaman. La gota que derramo el vaso, Por lo que podemos definirlo como “Situación frustrante y/o dolorosa que se presenta de manera constante o inesperada” lo cual nos mueve de nuestra zona de confort y rutina, puede ser leve o tan grave que produce la sensación de estar en peligro, desprotegido, a veces puede generar un trauma del que en ocasiones es difícil recuperarse. Por lo que es importante aprender a observar y comprender que las crisis son parte de la vida, digamos por ejemplo que nacer fue o es ya una crisis, tener sed es una crisis. Etc.

Pensemos lo siguiente: Después de tres a cuatro meses de haber experimentado la crisis del nacimiento, con los cuidados y ayuda de su entorno, el bebé restablece la confianza básica, que mantenía en el vientre de la madre, esta se deriva de la relación-protección (Aceptación-cuidados) recibida —generalmente de la madre—. (Madre-simboliza ampliamente nuestra cultura y contexto) Con lo que se fortalecen el temperamento, el carácter, la actitud y la aptitud más ampliamente dicho la personalidad en general, ello para más adelante de la vida lograr satisfacer las propias necesidades en armonía consigo mismo, los demás y las cosas del mundo.

Es por dicha razón que las personas necesitamos darnos un tiempo después de experimentar una crisis, el cual dependerá del tipo de crisis y el impacto recibido, además de los recursos con los que contemos para lograr el restablecimiento, la falla o desatención de los momentos y experiencias dolorosas, podría ser un factor importante para predisponernos hacia la vulnerabilidad. Podríamos pensar que nuestra primera crisis es el nacimiento, sin embargo, probablemente sea la gestación --¡pensemos en el choque entre el óvulo y el espermatozoide! Poniéndolo así, podemos imaginar dicha experiencia como dolorosa y/o confusa, -semejante a la de perder algo o cambiar inesperadamente de situación.

Es por lo anterior que te invito a pensar en las crisis como algo más, que una situación dolorosa, pues también son oportunidades de desarrollo, crecimiento, madurez y aprendizaje. En la vida experimentaremos diversas crisis y, aunque pueden dejarnos vulnerables, podemos superar cada una de ellas con el apoyo y dedicación suficientes. Al final, son parte de la evolución —como el óvulo y el espermatozoide— y nos ayudan a fortalecernos, a explorar otras posibilidades. (Trae a tu mente alguna situación critica que considerabas no podrías resolver pero que finalmente si hayas podido superar. ¿Qué situación era? ¿Qué hiciste para solucionar el problema? ¿Cómo te sentiste al lograr superar dicho conflicto?

Estarás de acuerdo conmigo que en situaciones de vulnerabilidad o crisis tendemos a hacer aquello que nos suele generar más problemas; -esto sucede por falta de autoconocimiento y por supuesto además de las reacciones automatizadas o habituales, que se activan y movilizan por los impulsos de sobrevivencia y conservación. (Incluye emociones, pensamientos, relaciones, defensas, carácter etc.)

Puesto en marcha el impulso de supervivencia y conservación, “Ansiedad” se buscará a toda costa recuperar la sensación de placer, manifestando en ello, el estilo particular de afrontar las experiencias personales. (La actitud: Enfocarse en lo positivo o negativo).

Para evolucionar y trascender las crisis, es importante permitirse experimentar la incertidumbre, desconcierto, duda, fragilidad, miedo, etc. Hay que darse o permitirse recibir el apoyo adecuado que nos ayude a reconectar con nuestros recursos para favorecer la canalización adecuada de nuestras emociones, pensamientos y necesidades.

Cuando algo nos inquieta y nos sentimos o estamos fuera de nuestra zona de confort, el cerebro recibe una señal de alerta “Crisis “qué le indica una necesidad a satisfacer, dicha señal nos motiva a realizar una acción/conducta, para satisfacer y recompensar la tal necesidad insatisfecha.

Pero esas acciones a veces chocan con nuestras necesidades internas o externas (valorescreencias) o con las de nuestro ambiente sea familia, amigos, trabajo. Por lo cual entramos en conflicto, “CRISIS” significa que debemos elegir y decidir, algo diferente a lo que queremos esto lo podemos estar interpretando como ganar o perder, lo que nos lleva en ocasiones a luchas de poder que posiblemente genere la sensación de víctima y verdugo. Hacia nosotros, los demás o las cosas del mundo.

Obviamente al realizar la conducta lo que estamos buscando es alcanzar el placer y evitar el displacer, influenciados como estamos hoy día por los tiempos modernos, la facilidad y velocidad con la que recibimos soluciones —sociales, médicas o psicológicas— las cuales marcan cada vez más la tendencia a elegir lo inmediato, (Aunque ello implique modos parciales de satisfacción). Considera pues que el equilibrio producido por estas estrategias es momentáneo, además, si se repiten lo suficiente, pueden convertirse en hábitos disfuncionales. Es por ello que cada uno de nosotros, debemos realizar ajustes y tomar acuerdos con uno mismo, o con alguien más, aunque esto complique la resolución practica de problemas, ya que debemos hacerlo desde el compromiso de dar y recibir, estableciendo reglas, acuerdos y consecuencias.

Ya que muchas veces al evitar afrontar los problemas o solucionarlos de manera parcial, en el deseo de mantener el equilibrio de manera exprés puede conducir al círculo vicioso, a las disfunciones, las cuales pueden desencadenar una crisis mayor. (Trastorno) Lo cual conlleva a posibles alteraciones de funciones cerebrales, provocando distorsiones mentales y/o emocionales, pudiendo llegar incluso a modificaciones genéticas e irregularidades conductuales, así como a causar dificultades en la comprensión intra e interpersonal.

Es por lo anterior que cuando no logramos obtener lo que necesitamos o deseamos, aun cuando hayamos hecho uso de actos compensatorios— una pelea, comida, drogas, ira, tristeza constante, dolor, dejar las tareas a medias, realizar compras compulsivas, dormir en exceso, postergar las decisiones, etc.—, nuestro cerebro mantiene el sistema de alerta encendido. Pues es su forma de recordarnos que debemos alcanzar la sensación de placer de los impulsos de protección y relación. Dicha sensación da sentido, orientación, identidad y propósito a la vida, y, si esto no es posible por un largo periodo de tiempo, puede ser un factor que nos haga sentir más y más vulnerables.

Sucesos que impulsan a una persona a la toma de decisiones. 

Recuerda, antes de elegir y decidir, contempla pros y contras para ti, para el mundo y los demás, toma un tiempo para observar ¿Qué piensas de la situación y de quienes están involucrados?, ¿Qué sientes?, ¿Qué haces y qué no puedes hacer?, ¿Que dice la situación de la persona que está involucrada?, ¿En qué te enfocas en esos momentos y qué limita tu observar?, ¿Qué quieres ganar? Estas y otras preguntas las iremos planteando y contestando paso a paso, acompáñame.

POR MARÍA ISABEL ROMERO LÓPEZ

PSICOLOGÍA CLÍNICA INTEGRATIVA

PAL