COLUMNA INVITADA

Atentado contra Trump, lecciones para aprender

Sin duda se cometieron varios errores y tendrán que asumir las consecuencias quienes estuvieron al frente del dispositivo de seguridad del ex presidente y hoy candidato Trump

OPINIÓN

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Facundo Rosas / Colaborador / Opinión El Heraldo de México
Facundo Rosas / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Hacia finales de 2010, estando al frente de la Policía Federal, tuve la oportunidad de estudiar el fenómeno del terrorismo doméstico e internacional directamente en campo, en algo que el argot de la guerra se conoce como teatro de operaciones.

Durante mi estancia en el Medio Oriente, algunos compañeros de la Delegación que viajaron hasta esa región del mundo, pidieron a quien nos atendió que nos diera una serie de recomendaciones para enfrentar los retos que tendríamos a nuestro regreso a México, obteniendo como respuesta un “yo no doy recomendaciones porque en estos temas no todo está escrito y hay muchos rubros que no han sido explorados, pero lo que sí les puedo compartir es mi libreta de apuntes con todos mis errores y de ellos sí se puede aprender”.

Lo anterior viene a colación porque tras el atentado en contra de Donald Trump la tarde del sábado 13 de julio en Butler, Pennsylvania, infinidad de “expertos” en México se fueron a la yugular del Servicio Secreto para exhibir sus errores incluso donde no los hubo; otros más se fueron por la teoría del montaje o el autoatentado sin el mayor sustento y sin los conocimientos que un evento de esta naturaleza requiere para su análisis.

No está mal que se hagan este tipo de señalamientos para que en el futuro no los repitan quienes nos hemos dedicado a la difícil labor de proteger la vida de un candidato, un dignatario o un ejecutivo y no solo estudiarlo desde la comodidad de un escritorio, sin embargo, no he visto que alguien destaque algún aspecto positivo que haya hecho posible que el candidato a la presidencia de Estados Unidos de América este vivo.

Sin duda se cometieron varios errores y tendrán que asumir las consecuencias quienes estuvieron al frente del dispositivo de seguridad del ex presidente y hoy candidato Trump, incluso aquellas de tipo administrativo y penal, la mayoría por omisión, pero por lo pronto no deberían quemar en leña verde al Servicio Secreto; debemos recordar que quienes fallan son los hombres no las instituciones como suele suceder en México; no se puede enjuiciar a todos sus integrantes porque en materia de protección ejecutiva si algo sale bien, es tu obligación y no tiene por qué premiarse, pero si algo falla no debe satanizarse sino al contrario enmendar aquello que estuvo mal y continuar brindando el servicio, porque ese nunca termina.

No podemos pasar por alto que se descuidó el perímetro exterior, que fallaron los protocolos de revisión de todos los inmuebles aledaños e incluso de las personas en todos y cada uno de los espacios. Igualmente falló la evacuación del “principal”, que tardó mucho tiempo y lo dejaron expuesto ante otra eventual agresión, así como la toma de decisiones cuando el francotirador del Servicio Secreto informó a su superior minutos antes de que el agresor disparara en contra del candidato y no se le autorizó actuar para “neutralizarlo”. Recordemos que en esta materia cada segundo que pasa es una oportunidad que huye y al final quien terminó disparando primero fue el agresor.

Sirva este lamentable evento, en el que perdió la vida un padre de familia por proteger a su esposa e hijos, para que en retrospectiva revisemos lo que sucedió en México en materia de protección a candidatos durante las pasadas elecciones y seguramente no saldremos bien librados, ya que un solo atentado nos dejó sin autoridad moral para señalar los errores de los demás y me refiero al acontecido el 29 de mayo en Coyuca de Benítez, Guerrero, donde el agresor pudo acercarse a su objetivo, que era el candidato a presidente municipal, hasta escasos centímetros de él sin que los escoltas pudieran reaccionar y evitar que lo asesinara.

En síntesis, si bien el atentado en contra de Donald Trump va a ser investigado como terrorismo doméstico (posiblemente tirador solitario), no deja de ser una oportunidad para aprender de los errores y nos recuerda que sin importar el nivel del candidato, nadie está a salvo de sufrir algo similar, aunque diga que no tiene enemigos, máxime si se la pasa incitando a la violencia política. No debemos olvidar que quien siembra vientos cosecha tempestades. Además, la única forma de garantizar que no te pase nada y puedas nadar en aguas tranquilas es no haciendo nada, como pasa en nuestro país. 

   POR FACUNDO ROSAS R.

EX COMISIONADO GENERAL DE LA POLICÍA FEDERAL

@FACROSAS