PERISCOPIO

Norma Piña y su visión de los vencidos

Consciente de ello, la ministra Piña emprendió esta semana un carrusel de entrevistas en estaciones de radio y televisoras

OPINIÓN

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Raymundo Sánchez Patlán / Periscopio / Opinión El Heraldo de México
Raymundo Sánchez Patlán / Periscopio / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Una literal visión de los vencidos se está escribiendo con la presidenta de la Suprema Corte, ante la inminente reforma judicial del presidente Andrés López Obrador, que su mayoría en el Congreso de la Unión aprobará en septiembre próximo para derribar el último dique de resistencia a su personal proyecto político transexenal.

La ministra lo hace a sabiendas de que ni una coma logrará cambiar a la iniciativa del mandatario federal, salvo las que él mismo ordene, como la de abrir delicados cargos judiciales a abogados recién egresados y sin experiencia ni administrativa ni en litigios.

Lo hace también, pese al ninguneo que le han aplicado el presidente López Obrador y la futura mandataria, Claudia Sheinbaum, quienes rechazaron sentarse con ella a dialogar sobre la reforma, y prácticamente le dijeron un “gracias por participar”.  

Consciente de ello, la ministra Piña emprendió esta semana un carrusel de entrevistas en estaciones de radio y televisoras, y también incluye a medios digitales y programas transmitidos por YouTube, porque considera que necesita llegar a otras audiencias que la prensa tradicional no alcanza.

Quiere la ministra dejar constancia de los riesgos, daños y perjuicios que generará la enmienda al Poder Judicial, que en realidad es una venganza de López Obrador contra ella por frenar la Ley de la Industria Eléctrica, la reforma Político-Electoral, el Plan B de reforma electoral y el traspaso de la Guardia Nacional a la Sedena.

Y si bien el círculo rojo es importante para la ministra presidenta, no es suficiente para dejar constancia histórica de lo que está ocurriendo y cómo está ocurriendo, con la esperanza de que la historia futura ponga a cada quien en su justo lugar.

En los próximos días, Piña y su equipo extenderán las entrevistas en medios impresos, donde dejarán plasmados para el registro hemerográfico sus argumentos, sus logros como lo que muy posiblemente será recordado como el último poder en México independiente del Ejecutivo.

Esta gira mediática, es a la vez una especie de despedida de su cargo como presidenta y ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual el oficialismo empezó a fracturar desde dentro cuando colocó a Yasmín Esquivel y Lenia Batres como ministras.

Pero al mismo tiempo, dicha exposición en medios estaría abriendo a Piña una puerta que la podría conducir, ya sin la toga, por un lugar estelar entre la oposición y la resistencia política al proyecto unipersonal de López Obrador, quien con estas reformas finisexenales se va, pero no se va.  

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En desmemoriados voluntarios se transformaron políticos y opinólogos que inventan nuevas virtudes a viejos políticos. Como en el caso de Guadalupe Acosta Naranjo, líder del Frente Cívico Nacional, elevado a un altar por su feroz oposición al proyecto de López Obrador.

Oposición que no mostró, hay que decirlo, cuando él mismo y su corriente de los Chuchos fueron pilar del encumbramiento político del tabasqueño, e incluso fueron parte del mito fundacional de su movimiento: el supuesto fraude electoral de 2006.

"Si alguien ha apoyado a Andrés somos nosotros. Jesús Ortega encabezando tomas, yo en el campamento (sobre Reforma) los 49 días, sosteniendo el movimiento en todos lados”, arengaba en noviembre de ese año.

“En lo personal, estoy convencido de que ganó López Obrador (la elección presidencial), al que le arrebataron el triunfo a través del fraude electoral”, decía don Guadalupe en abril de 2007.

Ahora Acosta Naranjo se espanta de que su excompañero mate a la vaca de la democracia, cuando fueron él y su grupo político los que le agarraron la pata.  

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EN EL VISOR: Agiliza la calificación de la elección presidencial el Tribunal Electoral, presidido por Mónica Soto. Prevén que la resolución para declarar presidenta electa a Claudia Sheinbaum se dé a más tardar el 15 de agosto. Es decir, casi tres semanas antes del 6 de septiembre que se había fijado como fecha inicial. 

POR: RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN

RAYMUNDO@ELHERALDODEMEXICO.COM       

@R_SANCHEZP

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