POLÍTICA Y DIPLOMACIA SOSTENIBLE

¿Hacia dónde van las relaciones entre México y Estados Unidos?

La decisión recaerá únicamente en el propio Biden. Los demócratas ya votaron por él y por nadie más. Me inclino a pensar que no lo hará

OPINIÓN

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Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de México
Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La penosa actuación del presidente Biden en su debate con el expresidente Trump del jueves pasado, ha centrado la atención mundial. Abundan las especulaciones si optará por retirarse de la contienda electoral, para permitir que una persona más joven sea postulada por su partido a la presidencia, o mantendrá su decisión de competir, corriendo el riesgo de una aplastante derrota en las elecciones de noviembre próximo. 

La decisión recaerá únicamente en el propio Biden. Los demócratas ya votaron por él y por nadie más. Me inclino a pensar que no lo hará. Es una persona acostumbrada a levantarse de grandes contratiempos y desgracias personales, como la prematura muerte de su primera esposa y la de uno de sus hijos. Es un luchador.  Pero cualquier camino por el que opte será decisivo no sólo para las próximas elecciones. Está en juego la salud de la democracia estadounidense porque los republicanos han postulado a Trump, quien enfrenta varios juicios en su contra, en uno de los cuales ya ha sido declarado culpable por un jurado popular.

La decisión de Biden tendrá consecuencias para todo el mundo, incluyendo a sus aliados. Trump ha amenazado a los miembros de la OTAN de abandonar esa organización. Insiste que la mayor amenaza a su país está en la migración de personas indocumentadas y en la “crisis” en la frontera con nuestro país. Amenaza con expulsiones masivas de mexicanos indocumentados.

El sello de nuestra época es la competencia hegemónica entre China y Estados Unidos. El gigante asiático es, desde 2008, la segunda economía más grande del mundo. En una o dos décadas más podría desplazar a Estados Unidos de la primera posición. Desde 2013, es la principal potencia exportadora del mundo, y tiene pleno dominio de las tecnologías que más cuentan en el siglo XXI, como la inteligencia artificial, la biotecnología y la bioingeniería.

Estados Unidos está decidido a impedir, hasta donde le sea posible, el ascenso de China como primera potencia global. Por eso está alentando la salida de empresas de ese país y la relocalización en su territorio. Está haciendo un gran esfuerzo para reindustrializarse, sobre todo en la producción de bienes estratégicos, como los semiconductores. 

Para que el proyecto estratégico estadounidense tenga éxito, muchas de sus empresas deben considerar instalar algunas de sus operaciones en nuestro país. Pero no hay nada automático. Tienen otras opciones, como Vietnam. El llamado nearshoring podría beneficiar a México, solamente si implementamos políticas públicas coherentes e integrales que ofrezcan, en primer lugar, certeza jurídica, así como agua, energías limpias, seguridad pública, infraestructura moderna y recursos humanos adecuados. 

Para México, son vitales sus vínculos económicos con el mundo, y particularmente con Estados Unidos. En 2022 nuestro comercio exterior (importaciones y exportaciones) representó el 88 por ciento de nuestro PIB. Más del 80 por ciento de ese comercio exterior es con Estados Unidos. Las remesas, provenientes casi en su totalidad de nuestro vecino del norte, alcanzaron 63 mil millones de dólares en 2023, y la Inversión Extranjera Directa (IED) fue de 36 mil millones de dólares, equivalentes al 4.62 y 2.36 por ciento, respectivamente, del PIB. La mayor parte de la IED también provino de empresas estadounidenses, que en su mayoría fueron reinversiones de las empresas ya instaladas en México. 

Pero China es nuestro segundo socio comercial. Gran parte de nuestras importaciones del gigante asiático son insumos para la producción de bienes que exportamos a Estados Unidos. Es decir, nuestro déficit comercial con China y otras naciones asiáticas como Japón, Corea del Sur y Taiwán, es lo que nos permite acumular un superávit comercial con Estados Unidos. Eso explica el incremento reciente en las inversiones chinas en México. Buscan posicionarse en el mercado de América del Norte.

La gran diferencia de nuestras relaciones con China y Estados Unidos es que México es un país norteamericano, no asiático. La geografía sí importa. Con Estados Unidos compartimos una extensa frontera de más de 3 mil kilómetros. Doce millones de mexicanos, nacidos en México, viven en el país vecino. Cinco millones son indocumentados, lo que los hace muy vulnerables, sobre todo si Trump regresa a la presidencia y cumple sus amenazas de expulsarlos masivamente. 28 millones más descienden de mexicanos. También compartimos retos muy significativos, como el combate al crimen organizado, y los tráficos ilegales de drogas, armas y personas. 

Además, con Estados Unidos y Canadá tenemos un tratado, el T-MEC, que regula la integración económica de América del Norte, y que será revisado, no renegociado, en 2026. Juan Ramón De La Fuente, Canciller designado del próximo gobierno, ha expresado que la primera prioridad de política exterior serán las relaciones con nuestro vecino del norte. Afortunadamente, ya están preparados para relacionarse con quien quiera que ocupe la presidencia de ese país el año próximo. En cualquier caso, el gran desafío será maximizar los beneficios de formar parte de América del Norte y, al mismo tiempo, definir un nuevo marco para conducir nuestras relaciones con China. 

POR MIGUEL RUIZ CABAÑAS

PROFESOR EN EL TEC DE MONTERREY Y DIPLOMÁTICO DE CARRERA

@MIGUELRCABANAS

MIGUEL.RUIZCABANAS@TEC.MX

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