LA NUEVA ANORMALIDAD

Preguntas para los próximos seis años

Los resultados de la jornada electoral merecen una profunda reflexión para comprender no sólo lo ocurrido, sino también para entender lo que vendrá a partir del 1 de octubre. O no

OPINIÓN

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Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de México
Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Qué pasó el domingo pasado en México? ¿Ganó un proyecto o perdió otro? ¿O serán las dos? ¿Por qué fueron tantos los que no la vieron venir? ¿Por qué fuimos tantos quienes la vimos venir pero no por tanto? ¿Por qué pensamos que el doble dígito de diferencia sería bajo y por qué fue tan alto? ¿Qué creíamos? ¿Que el triunfo estaría hecho sólo de voto corporativo y de transferencias directas? ¿Que no era posible que hubiera ciudadanos capaces de entusiasmarse por un proyecto que no pone en valor lo que nosotros consideramos ciudadanía?

¿Qué es ciudadanía? ¿Hay una sola respuesta a esa pregunta en la historia toda? ¿Hay una sola respuesta en cada etapa histórica o en cada generación? ¿Qué es ciudadanía para Platón, para Cicerón, para Tocqueville, para Napoleón, para Lenin, para Churchill, para el Che Guevara, para José Woldenberg, para Donald Trump, para Chantal Mouffe, para Javier Milei, para le magistrade fallecide, para un repartidor de Uber, para Mariana Rodríguez (y su rímel)? ¿No es la prueba última de agencia ciudadana el derecho a definir la ciudadanía en los propios términos? ¿A alguien, más allá de los articulistas de periódicos y revistas, le importa esta discusión? ¿Están teniéndola los alumnos del Colmex, de la UNAM, del ITAM, del CIDE, del ITESO, del Tec, de la UACM, de la UDG? ¿Están teniéndola quienes hubieran querido estudiar en alguna de esas universidades pero no pudieron? ¿Y quienes no tienen el menor interés en estudiar en ellas? ¿Y quienes ni siquiera saben que existen?

¿Se hace hoy esas preguntas Xóchitl Gálvez? ¿Y Alejandro Moreno? ¿Y Marko Cortés? ¿Y Jesús Zambrano? ¿Y Claudio X. González? ¿Y Enrique Krauze? ¿Y Héctor Aguilar Camín? ¿Se la han hecho alguna vez? ¿Se hace esa pregunta Dante Delgado? ¿Y qué hace con la respuesta? ¿Se ha hecho alguna vez esa pregunta Claudia Sheinbaum? ¿Se la responde ella misma? ¿Se la responde alguien más?

¿Qué perdió México el domingo? ¿Quién lo perdió? ¿Es posible perder algo que se ignora tener? ¿Lo echaremos en falta? ¿Cuándo? ¿Será impagable el costo? ¿La Historia pasará factura? De ser así, ¿a quién?

¿Perdimos seis años hablando de lo que decía un solo señor? ¿Nos ocupamos demasiado de lo que sucedía en su casa y le dejamos libre vía para ocuparse de lo que sucede en la calle?

¿Sirven de algo estas preguntas? ¿Sirven otras? ¿Cómo le hacemos para planteárnoslas? ¿Cómo trazamos una hoja de ruta? ¿Qué hacemos mientras tanto con la separación de Poderes, con los órganos autónomos, con la integración de la Corte, con todas esas cosas que sólo a unos pocos nos interesan pero que a todos nos importan? ¿Los dejamos morir? No. Pero ¿cómo los defendemos? ¿O será cosa de repensarlos?

No tengo respuestas. Nadie parece tenerlas. Es una mala noticia. Acaso sea también la mejor.

POR NICOLÁS ALVARADO

COLABORADOR

IG Y THREADS: @NICOLASALVARADOLECTOR

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