PENSANDO EN BEISBOL

Poco Clemente

Aquí lo más importante es tener la historia del gran Roberto Clemente en las pantallas, de verdad, es importantísimo tener el testimonio visual de un gran latino, entregado en el diamante y de gran alma también fuera del mismo

OPINIÓN

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Alejandro Aguerrebere / Pensando en béisbol / Opinión El Heraldo de México
Alejandro Aguerrebere / Pensando en béisbol / Opinión El Heraldo de México Créditos: El Heraldo de México

Parte de lo maravilloso del beisbol se da también fuera de los diamantes.

Las historias de vida, de sacrificios, incluso, de reivindicación suelen ser páginas de lo más interesantes, como grandes complementos a las hazañas vistas en el campo de juego.

Así podemos contar lo que sucede con las penurias para la familia de un pelotero, por ejemplo si lo cambian de un equipo a otro, el cual está en la costa opuesta, o bien, si algún familiar cercano (Dios no quiera) cae en alguna enfermedad complicada.

De hecho, varios grandes filmes beisboleros –no solamente grabaciones de aspectos de juego– suelen ser los de la famosa leyenda: “basada en hechos reales” y ahí tenemos como maravilloso testimonio a “The Rookie”, con Dennis Quaid, en una lista como para una nutrida entrega, pues la pantalla de plata es una gran gran amiga del Rey de los Deportes.

Y es precisamente cuando debemos mencionar a una leyenda cuando nos referimos al título de esta entrega: Roberto Clemente es un pelotero añorado no por su extraordinaria condición físico atlética, sus excelsos lances y su consistencia, su bonhomía lo llevó a mejor vida, de verdad que hasta con la estrella de su logro (milestone) más reciente, en aquel 1972.

Estamos hablando de un pelotero quien, como buen boricua, jugaba con ese estilo entrón, generoso, digno de verse y por lo cual los Piratas de Pittsburg no lo soltaron en 18 tremendos calendarios donde no solo les regaló cuatro temporadas de más de 200 imparables (1961, 1964, 1966, 1967), sino que además fue parte de par de enormes campeonatos de aquellos filibusteros con colorido (y hoy revivido) uniforme: en 1960 y 1971 se alzó con el máximo logro.

Un cúmulo de apariciones en el Juego de Estrellas, varios guantes de oro, un MVP de autoridad en el bluesero y rockero 1966, serían varios de los grandes logros para el nativo de Carolina en la mencionada y querida Borinquen, tierra de enormes figuras de nuestro beisbol latinoamericano.

Esa cifra alcanzada antes de su triste final fueron exactitos los 3,000 imparables, justo al finalizar su temporada de 1972 en la cual participó en 102 encuentros donde dejó un average de .312 para posteriormente tomar una avioneta con víveres para ayudar a los hermanos nicaragüenses en desgracia…

Era un 31 de diciembre de 1972, esas fechas donde otros festejamos el final de año pero el estelar pelotero latino buscó ayudar a quienes fueron afectados por un terremoto de un 6.2 en la escala de Richter, habían muerto más de 10,000 personas aproximadamente una semana antes.

Todo esto claramente da para una historia de película, aunque ahora los hijos del peloterazo (Roberto Jr. y Luis) junto a otras personas libran una batalla legal por un tema de los derechos vendidos al parecer de manera doble, pues existía un supuesto trato en el 2015, anterior al digamos recién firmado en enero de 2023.

Aquí lo más importante es tener la historia del gran Roberto Clemente en las pantallas, de verdad, es importantísimo tener el testimonio visual de un gran latino, entregado en el diamante y de gran alma también fuera del mismo.

POR ALEJANDRO AGUERREBERE

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