Por donde se analice, el anuncio de la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones por parte de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, es una decisión atinada porque, por un lado, le permite a México incrustarse en la tendencia mundial hacia los gobiernos digitales, y por otro, atacar uno de los problemas más vergonzosos en nuestro país, la corrupción.
Sin duda los mexicanos hemos demostrado que estamos listos y decididos a ingresar al mundo de la tecnología, pues tan solo durante la pandemia por Covid-19, el uso de la tecnología para desempeñar diversas tareas aumentó 42 por ciento. Con la ayuda de ellas nos logramos comunicar, atender nuestra salud a través de consultas médicas virtuales, y trabajar vía remota para mantener los ingresos.
La próxima creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, que estará a cargo de José Antonio Peña Merino, representa también un bálsamo para el Viacrucis que hoy significa realizar trámites en las ventanillas del gobierno, pues ahora a través de ventanillas únicas se podrán juntar digitalmente diversas áreas de municipios y estados con dependencias federales para diversos trámites.
En las primeras estimaciones, esta digitalización permitirá disminuir 50% el número de trámites, ahorrar la mitad del tiempo en ellos y reducir hasta 50% los requisitos lo que, de concretarse, nos colocará en la misma ruta de los países líderes en gobierno electrónico como Dinamarca, Finlandia, Corea, Nueva Zelandia, Islandia, Suecia, Australia, Estonia, los Países Bajos, Estados Unidos y Canadá.
Sin duda el reto no es menor porque un gobierno electrónico requiere adaptar su infraestructura a esta nueva realidad con softwares y herramientas de almacenamiento de datos adecuadas; diseñar y ejecutar una correcta estrategia de capacitación entre quienes deberán vigilar que todo el sistema funcione adecuadamente, y una amplia campaña de difusión para explicar de manera clara a la sociedad su funcionamiento y la forma en que podrán aprovecharlo.
Pero como sabemos, ningún inicio es fácil. Lo importante es dar el primer paso, y la digitalización del gobierno bien vale la pena porque, además, la nueva forma de prestar servicios a los ciudadanos permitirá también equidad en su acceso, toda vez que diversos trámites podrán hacerse a través de una PC o incluso un celular.
Y de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), hasta el año pasado en nuestro país 97 millones de personas, es decir 81.2% de la población de 6 años o más, utilizaban Internet, mientras que 97.2 millones -81.4%- usaban un teléfono celular. Es decir, más población podrá acceder a los servicios gubernamentales.
Además de ser más eficiente en sus servicios, otro beneficio del gobierno digital se traducirá en reducir al mínimo la posibilidad de actos de corrupción durante la gestión de trámites, al eliminar la presencia directa, cara a cara, en ventanillas públicas gubernamentales.
No podemos ser indiferentes a ese problema en nuestro país; si negamos su existencia, no podremos hacerle frente.
De acuerdo con Transparencia Internacional, dentro del Índice de Percepción de la Corrupción, México ocupa el lugar 126 entre 180 países, con 31 puntos de 100 posibles, donde cero significa altamente corrupto, y 100 significa muy limpio.
Desde 2022 México se mantiene en ese lugar, compartiendo el sitio con naciones como Kenia o Togo, y muy lejos de países como Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega y Singapur, que encabezan la lista como los países con menos corrupción en todo el mundo.
Sin lugar a duda la próxima Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones también representará un parteaguas en el combate a la corrupción, y junto con la digitalización de los servicios gubernamentales, su creación dará pauta a una nueva ruta hacia la eficiencia y competitividad de los gobiernos y la sociedad en su conjunto.
Si no me creen, pregúntenle a chat gpt.
Eduardo Jerome Posadas.
CEO 99o Degrees Tech Lab, experto en tecnología y marketing digital.
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