COLUMNA INVITADA

El Bosque de Chapultepec es para todes

800 hectáreas están abiertas para visitantes, artistas, expertos en arte y ambientalismo

OPINIÓN

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Isaac Macip / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Isaac Macip / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Tenía ocho años cuando visité por primera vez el Bosque de Chapultepec. Recorrí el zoológico, abriendo los ojos y aún más la boca ante cada especie que iba descubriendo. Luego paseamos alrededor del lago, compramos comida entre los pasillos pero no recuerdo haber entrado a ninguno de los museos de Paseo de la Reforma, mucho menos sentarnos en sus restaurantes. Éramos demasiados hermanos y primos como para pagar las entradas a cada espacio dedicado al arte y la cultura. 

Mi padre nos había enviado con mi madre y mi tía desde Orizaba para conocer y andar en ese sitio emblemático, no solo del Distrito Federal, sino del país entero. Por esa razón vinimos. Los adultos creyeron importante que los pequeños aprendiéramos y observáramos, aunque sea de lejos, recintos históricos como el Castillo de Chapultepec. Y así fue como yo aprendí historia y arte. Un poco de lejos. A partir de lo que era público y de lo que era gratuito, porque era a lo que podíamos tener acceso. 

En ese momento no reparaba en ello. Más grande y adulto, cuando llegué a vivir a la Ciudad de México me percaté que este bosque no era el mismo para todes. Presentaba una cara fastuosa a la zona de Polanco y el poniente de la ciudad y una espalda agreste hacia Avenida Constituyentes. 

Reconocer la desigualdad del bosque y del corredor cultural más importante de México fue lo que dio origen al proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura. Al inicio de la actual administración se estableció unir las cuatro secciones para convertirlo en el bosque urbano más grande del mundo. Pero lo más trascendente no fue crecerlo, sino hacerlo accesible para todes. 

El ejemplo más claro es el Complejo Cultural Los Pinos, que está lleno de actividades culturales gratuitas. Por mencionar, alberga la Casa Museo Lázaro Cárdenas; Cencalli, la casa del maíz y ahora son las quinceañeras quienes se fotografían posando sonrientes en las escaleras y jardines. La residencia que ocupaban las élites del poder, se convirtió en la Casa del Pueblo de México.

Si ponemos el ojo en la tercera sección, que se encontraba abandonada y en gran parte cerrada al público, ahora vemos a niños y niñas que atiborran el Parque Cri-Cri, con pista de patinaje, juegos y auditorios al aire libre. De continuar el camino se llega al parque de cultura urbana Parcur y a Serpientes y Escaleras, que lleva por andadores, puentes, miradores, zonas de pícnic y un trazado para bicicleta de montaña. 

Qué decir de la cuarta sección, que es de una belleza arquitectónica inigualable. Se ha construido la Bodega Nacional de Arte y Exposiciones, la Cineteca Nacional poniente, y la Ermita Vasco de Quiroga y la Ex fábrica de Pólvora hoy están abiertas al público. 

Este proyecto liderado por la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y el Gobierno de la Ciudad de México, al mismo tiempo ha cumplido con dignificar los espacios museísticos y promover la conservación de ecosistemas y la biodiversidad.

800 hectáreas están abiertas para visitantes, artistas, expertos en arte y ambientalismo. Para ciclistas y peatones. Para los amantes del teatro y el senderismo. Para los de las colonias de enfrente y del otro frente, porque ya no da la espalda a nadie. 

Cumple con un acto de justicia al brindar disfrute y gozo a quienes vivimos en la CDMX y zona metropolitana, así como a miles de turistas que llegan de todas partes. Los pequeños y los adultos que lo visitan hoy, ya no miran de lejos los espacios de recreación, cultura y arte; el bosque está abierto para todes y ya no habrá quien se los cierre. 

POR ISAAC MACIP MARTÍNEZ
ARTICULISTA INVITADO
@ISAACMACIP

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