Este 24 de junio se conmemora el Día Internacional de las Mujeres en la Diplomacia. Históricamente dominada por hombres, la diplomacia ahora reconoce el papel fundamental de las mujeres en la promoción de la paz, el desarrollo y la seguridad global, subrayando la importancia de su participación para la implementación efectiva de la Agenda 2030 de la ONU. Pero ¿cuál es la relación entre el ciberespacio y la diplomacia? Esto reconociendo que ambos espacios son fundamentales en nuestras sociedades.
Actualmente, 64.4% de personas en el mundo están conectadas a través de Internet. El informe sobre Riesgos Globales 2024 del Foro Económico Mundial destaca amenazas críticas en estos días como: la desinformación, la poca cultura de ciberseguridad y los problemas de conflictos armados. Antes esto, y reconociendo que estos asuntos son globales, se reconoce la necesidad de comprender cómo la diplomacia está evolucionando más allá de los campos tradicionales. De esta evolución surge la ciberdiplomacia, definida por la Unión Europea como “el arte, la ciencia y los medios por los que las naciones, grupos o individuos dirigen sus asuntos en el ciberespacio, con el fin de salvaguardar sus intereses y promover sus relaciones políticas, económicas, culturales o científicas, manteniendo al mismo tiempo relaciones pacíficas”, aunque aún es un campo de estudio relativamente nuevo.
En el ámbito de la ciberdiplomacia, es fundamental destacar el relevante papel de las mujeres. Tenemos el caso de Martha Sánchez Lozano, quien ha sido una voz influyente, publicando estudios y artículos fundamentales sobre la dinámica de los conflictos armados en el ciberespacio, aportando conocimiento clave utilizados por organizaciones internacionales y gobiernos para mejorar sus políticas y prácticas de ciberseguridad.
Tenemos también a Heli Tiirmaar-Klaar, quien dirigió la elaboración del Marco de Respuesta Diplomática Conjunta de la Unión Europea a las Actividades Cibernéticas Malintencionadas (Framework of Joint EU Diplomatic Response to Malicious Cyber Activities), demostrando un compromiso con la ciberseguridad a nivel global.
Otro aporte fundamental es el de Anna-Maria Osula, con su experiencia, coeditado el libro International Cyber Norms: Legal, Policy and Industry Perspectives del CCDCOE (NATO Cooperative Cyber Defence Centre of Excellence) y creando las conferencias anuales “Interdisciplinary Cyber Researcher”, contribuyendo al entendimiento y desarrollo de normativas internacionales.
Por su parte, Pavlina Pavlova impulsa la participación de la sociedad civil en los procesos de las Naciones Unidas sobre ciberseguridad y ciberdelincuencia a través del CyberPeace Institute, promoviendo la paz y la seguridad digital a nivel mundial.
Finalmente, Daniela Ruiz, desde la Secretaría de Relaciones Internacionales de México, quien lidera iniciativas para desarrollar capacidades cibernéticas y cerrar la brecha digital en México y Latinoamérica, trabajando para crear un ciberespacio inclusivo y seguro para todas y todos.
En definitiva, la participación de las mujeres, con su enfoque inclusivo y su compromiso con la seguridad digital, está guiando al mundo hacia un futuro cibernético más resiliente y equitativo, donde la ciberdiplomacia, la cooperación internacional y la defensa colectiva son esenciales.
Metabase Q no solo identifica una oportunidad de integración regional a través de la ciberseguridad, sino que también, de manera integral, reconoce el papel crucial de la ciberdiplomacia, fortaleciendo así un enfoque de defensa colectiva que sea más sólida y efectiva para atender los desafíos cibernéticos globales. Además, Metabase Q ha sido reconocida por la Organización de las Naciones Unidas por su compromiso con los Principios de Empoderamiento Femenino, impulsando iniciativas que promueven un espacio digital seguro, resiliente e inclusivo para todas y todos.
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POR MARIANA GÓMEZ
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