Columna invitada

Seguridad de candidatos electos, incompleta e improvisada

Los recientes acontecimientos vinculados a la seguridad de los candidatos electos, no solo el asesinato del presidente municipal electo de Copala, Gro. y el incidente que sufrió la comitiva de la presidenta de la República electa en el estado de Coahuila

Seguridad de candidatos electos, incompleta e improvisada
Facundo Rosas / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Los recientes acontecimientos vinculados a la seguridad de los candidatos electos, no solo el asesinato del presidente municipal electo de Copala, Gro. y el incidente que sufrió la comitiva de la presidenta de la República electa en el estado de Coahuila, retratan de cuerpo entero las fallas en materia de protección a funcionarios que prevalecen desde los tiempos de campaña y evidencian que en este rubro estamos muy lejos del primer mundo, que como país nos parecemos más a Centroamérica que a Europa, siempre andamos a las prisas por falta de planeación y por cumplir caprichos más que principios básicos de seguridad de quienes ya no pueden andar por la calle como cualquier hijo de vecino.

Tan improvisada fue la forma de cuidar a los candidatos en campaña, esto lo observé directamente al haber asesorado a varios de ellos que optaron por la seguridad privada antes que la oficial, que ni el número de agresiones y personas privadas de la vida durante el proceso electoral cuadran entre lo registrado por autoridades electorales y de seguridad pública respecto del conteo de medios de comunicación y diversas consultorías.

Para minimizar el problema el propio presidente de la República salió a decir el 14 de junio que solo 6 candidatos habían sido asesinados durante toda la campaña electoral, contradiciendo lo que su propia secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana dijo en su presencia el 28 de mayo en Palacio Nacional, un día antes de que fuera asesinado el candidato a la presidencia municipal de Coyuca de Benítez, Guerrero y cuya imagen dio la vuelta al mundo, cuando informó que el saldo fatal ya era de 8 candidatos.

No es la primera vez que esto sucede en el mundo de los otros datos, esperemos que todo cambie con la nueva titular del ejecutivo federal ya que no se puede andar jugando con la seguridad de la gente y menos con la de representantes populares electos, que tanto dinero y esfuerzo ha costado elegirlos. 

Si en verdad esto va a cambiar, la oportunidad de hacerlo comienza con corregir la forma en que se comportan los integrantes de la comitiva de la presidenta de la República electa, así como su avanzada, no de ahora sino desde la campaña y sobre todo en sus desplazamientos hacia los diversos municipios del país.

No puede quedar impune el choque de la camioneta Acura en la que viajaba parte de la comitiva sobre la carretera Monclova-Candela, no puede reducirse a una disculpa in situ y un comunicado por el lamentable accidente, tendría que sancionarse penalmente a los responsables y asegurarse que no volverán a viajar a exceso de velocidad para quedar bien con su jefa. De otra forma estaríamos dejando la era de los otros datos para arribar a la de las disculpas, por aquello de que los desplazamientos de la comitiva presidencial serán en aviones comerciales y después por tierra.

Tampoco es deseable regresar a los tiempos en que calles y avenidas eran cerradas por motociclistas para que pasara el convoy presidencial, de gobernadores o funcionarios de segundo nivel, prácticamente aventando la lámina sobre los ciudadanos de segunda que a regañadientes tenían que aguantar estos excesos y no estoy hablando de los sexenios neoliberales, sino de la administración que está por concluir y en pleno Paseo de la Reforma o el segundo piso del Periférico, solo que de eso no se habla porque no es políticamente correcto y no va con los postulados de la 4T y su segundo piso.

Pero si de segundos pisos hablamos, al autor de esta columna le tocó ver de manera directa como un funcionario de los tiempos de Marcelo Ebrard llegó a cerrar el segundo piso del Periférico de la CDMX para que pudiera retornar a su casa sin que nadie lo molestara. Tiempo después llegaría a disponer de más de 250 elementos de Policía Federal y 50 camionetas para su seguridad personal y la de su familia (hasta los novios de sus nietas).

Ojalá eso no lo volvamos a ver nunca más, o por lo menos no a la luz del día y con el mismo argumento de que se les hace tarde; si es así, que se levanten más temprano.

POR FACUNDO ROSAS R.

EX COMISIONADO GENERAL DE LA POLICÍA FEDERAL

@FACROSAS

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