Si usted quiere tomar clases para ser directivo de futbol en este momento no le aconsejo en lo absoluto que vaya a La Laguna, en donde se han encargado de desmantelar un proyecto histórico para llegar a niveles tristísimos.
Una organización que se ha encargado de presumirnos hasta el hartazgo todas las bondades con las que cuenta su complejo deportivo de primer nivel, en ese sentido pocos lo pueden igualar en México y en Latinoamérica, realidad ineludible. Pero sí habría que poner una definición a la situación del equipo de las tres ciudades y dos estados, es como si usted tuviera un Ferrari, pero no tiene las llaves para arrancarlo, o peor aún, no lo sabe manejar.
Esa parece ser la situación de Dante Elizalde, presidente del club, que lleva aproximadamente seis torneos fabricando un manual sobre todo lo que no debe de hacer un jerarca de tal manufactura. Si usted se inscribiera al Instituto Johan Cruyff de Barcelona seguramente ya están actualizando el programa de estudios en donde un semestre completo le hablarán de todo lo que está mal en un club y citarán al de esta parte de México.
Actualmente este equipo de los más exitosos en torneos cortos presume unas gradas totalmente vacías, una lejanía inusitada con una afición que ya no cree en sus discursos repletos de verborragia, y por supuesto, planeaciones de pretemporada deleznables en donde cada día parecen manifestar, o una de dos. Que les importa poco el club, o que hay niveles importantes de ineptitud en las altas cúpulas en aquella ciudad.
Dejaron ir a Guillermo Almada, un estratega que había maquillado, por su espectacular manejo de jóvenes, la falta de refuerzos importantes en los últimos años. Puede presumir de llegar a una final con prácticamente canteranos. La perdieron ante Cruz Azul, pero hizo demasiado con tan poco recurso. Supuestamente no comulgaba con los valores de la institución y fue el que estaba llevando a cabo de manera pulcra esa regla que se impusieron de tener que jugar mínimo con el 33 por ciento de su cantera.
Tras su salida, todo ha sido gloria para el estratega charrúa, tras conseguir un título de liga con la escuadra hidalguense y otro de CONCACAF para estar en el Mundial de Clubes de 2025 con puro muchacho de prepa. Le desarmaron el equipo y siguió mostrando su capacidad.
Mientras en Torreón la cosa se caía a pedazos con un desfile de técnicos. Pedro Caixinha tuvo una de las etapas más malas que yo haya recordado de cualquier estratega. Lalo Fentanes, irregularidad, y Pablo Repeto contrapuso todos los valores que dizque pregona la institución para hacer un papel desastroso maquillado por un Play In al que ni siquiera merecían calificar.
Sólo el torneo pasado trajeron los refuerzos a tiempo, pero desde 2021 esto no ha sido así, para este certamen sólo han registrado una alta y parece que se repite la historia de abandono de los dirigentes. Tristeza absoluta.
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
MAAZ