La movilidad urbana a menudo se pierde entre la cotidianidad de las agendas e intereses electorales de la ciudadanía, sin que por ello deje de ser un elemento fundamental para el desarrollo integral de las ciudades modernas. Recientemente concluyó la décimo quinta edición del Congreso Internacional de Transporte (15CIT), un foro plural donde varios especialistas debatieron sobre los desafíos para alcanzar una movilidad sostenible.
Las presentaciones destacaron la urgencia de la acción y la necesidad de un cambio estructural en nuestro enfoque hacia el transporte sostenible, por lo que hoy queda más claro que nunca que el nombre del juego es cambio, transformación, innovación, colaboración y conciencia. Si no actuamos todos, nuestro futuro ya no será posible.
También quedó claro que México tiene marcados contrastes y desigualdades, de los cuales el transporte público es un fiel reflejo. Aquí encontramos sistemas de transporte con estándares financieros, estructurales y de calidad, diametralmente opuestos, la mayoría de ellos que ya no cubren las necesidades de las ciudades, ni de los usuarios. Además, deben resaltarse las difíciles condiciones en que se encuentran los operadores de transporte.
Hoy más que nunca la movilidad no puede estar ausente de la agenda pública. Se trata de un momento clave, en el que todos nos enfrentamos a importantes desafíos medioambientales y sociales, por lo cual la movilidad urbana sostenible está más presente que nunca.
Es momento de reconocer que la movilidad es un pilar fundamental para el desarrollo económico, social y ambiental de nuestras comunidades. Las políticas públicas en materia de transporte no solo afectan la forma de desplazarnos de un lugar a otro, sino que definen el acceso al empleo, la educación, la salud y la calidad de vida de millones de personas, la competitividad de nuestras ciudades y continuidad de nuestro planeta.
La movilidad sostenible implica un modelo de transporte que no solo utiliza energías limpias para la protección del medio ambiente, sino que también mejora la calidad de vida de los ciudadanos y garantiza una mayor seguridad en los desplazamientos, especialmente dentro de las ciudades. Este modelo abarca desde caminar, montar en bicicleta y utilizar el transporte público, hasta la adopción de sistemas tecnológicos respetuosos con el medio ambiente.
Las y los ciudadanos, así como los próximos gobernantes, se enfrentan al dilema de definir el rumbo de la movilidad y del transporte público para los años venideros, con implicaciones que trascienden cualquier periodo de tiempo e ideología de Estado.
Desde el 15CIT hicimos un llamado urgente a los actores políticos que buscan los máximos cargos de representación popular, para solicitarles apostar por la movilidad sostenible. Esto implica invertir en sistemas de transporte eficientes y respetuosos con el medio ambiente, fomentar el uso de la bicicleta y la adopción de tecnologías limpias y energías renovables en el transporte.
Es crucial garantizar su inclusión y equidad, desde perspectivas de género. Las políticas deben garantizar igualdad de acceso y oportunidades para todos los ciudadanos, independientemente de su origen socioeconómico, género o ubicación geográfica. Es inaceptable que en pleno siglo XXI persistan barreras que impidan acceder a servicios de transporte seguros, eficientes y asequibles.
El futuro de nuestras ciudades y nuestro planeta depende en gran medida de las decisiones que tomemos hoy en materia de movilidad. Los nuevos gobernantes deberán asumir un compromiso real con la creación de sistemas de transporte sostenibles, inclusivos y equitativos. Solo así podremos construir un futuro prometedor para todas y todos.
La interacción entre ciudadanos y gobiernos es clave para el futuro de la movilidad. La expansión del transporte público es importante para el desarrollo urbano y para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, debido a que en las zonas conurbadas el transporte público eficiente permite reducir problemas emanados de la congestión vehicular.
Juntos, podemos marcar la diferencia. Trabajemos de la mano para construir un futuro en el que el transporte no sea solo un medio de traslado, sino un camino hacia la prosperidad y la sustentabilidad para todos.
Nicolás Rosales Pallares
Presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM)
EEZ