Las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) mexicanas generan el 72% del empleo, y aportan más del 50% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en México constituyen la columna vertebral de la economía nacional, no solo por su capacidad de generar empleo, sino también por su contribución al Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, enfrentan desafíos considerables que pueden obstaculizar su desarrollo y sostenibilidad.
Cuando hablamos de los retos más significativos que las PyMEs en el contexto mexicano, debemos incluir sin duda el acceso al financiamiento, la burocracia regulatoria, además de la marcada competencia en un mercado globalizado.
A muchos de ustedes seguramente les ha pasado que las PyMEs en México, a menudo, enfrentan un laberinto de trámites y requisitos legales que no solo consumen tiempo valioso, sino que también implican costos adicionales.
Otro de sus desafíos es el acceso limitado a financiamiento. Esta situación se agudizó después de la desaparición del INADEM. Hoy, las dificultades para obtener créditos a tasas accesibles son un problema crónico que restringe nuestra capacidad para expandirnos, y en muchos casos, para sobrevivir.
De acuerdo con el INEGI, y a partir de mi propia experiencia, muchas PyMEs no contamos con el respaldo financiero necesario para soportar periodos de baja actividad económica, o para invertir en innovación.
Esto se debe, en parte, a la percepción de riesgo por parte de las instituciones financieras, y a la falta de garantías suficientes de las empresas. Adicionalmente, la burocracia regulatoria representa otro obstáculo significativo.
En el actual entorno competitivo se requiere que las PyMEs no solo mejoren continuamente la calidad de sus productos y servicios, sino también que innoven para diferenciarse de sus competidores.
Debemos tener claro que las PyMEs son fundamentales para el desarrollo económico y social de México. Su capacidad para generar empleo y su contribución significativa al PIB hacen que sean un motor esencial de la economía.
Por ello, considero imperativo que tanto el gobierno como el sector privado implementen políticas de apoyo que solucionen las verdaderas necesidades de las pequeñas y medianas empresas.
Requerimos también de legisladores que planteen nuevas y mejores políticas públicas diseñadas para facilitar el acceso al financiamiento, simplificar la regulación, fomentar la competitividad y abrir la puerta a la adopción de tecnología. Estos puntos resultan claves para asegurar el éxito y la sostenibilidad de las empresas en el futuro.
En conclusión, pese a que las PyMEs resultamos esenciales para el crecimiento económico y la creación de empleos, no somos considerados de la misma manera por el gobierno, pues los desafíos que enfrentamos cada mes desde el portal del SAT, hasta las restricciones fiscales y burocráticas, continúan como una tarea pendiente por parte de los actores gubernamentales.
Mi sugerencia es poner manos a la obra para mejorar la competitividad de las PyMEs, con lo cual se estaría contribuyendo a un desarrollo económico más equilibrado y sostenible.
La burocracia permanece como una gran barrera para el desarrollo y la innovación en nuestro país, y la digitalización no solo debe ser una opción, si no una urgente necesidad para las pequeñas y medianas empresas.
Si no me creen, pregúntenle a chat gpt.
Eduardo Jerome Posadas.
CEO 99o Degrees Tech Lab, experto en tecnología y marketing digital.
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