COLUMNA INVITADA

Un águila devorando a un debate

La candidata del PRI, PAN y PRD se agregó a quienes “hacen historia” pero de lasequivocaciones simbólicas

OPINIÓN

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Salvador Guerrero Chiprés/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México
Salvador Guerrero Chiprés/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La oposición parece desconcertada en la capital del país y en toda la nación luego de los primeros debates. De esas experiencias tanto quienes ganaron, Claudia Sheinbaum y Clara Brugada, como quienes perdieron, Santiago Taboada —aludido negativamente desde las trincheras local y nacional—, y Xóchitl Gálvez, así como todas las personas atentas al desarrollo de los mismos, podemos siempre aprender.

Ahora sabemos que el Instituto Electoral de la Ciudad de México, con infinitamente menos recursos respecto al INE, pudo diseñar un mejor formato y no fallar en sus relojes; tampoco necesita un gasto millonario para construir legitimación respecto de miles de preguntas ignoradas al final e inútiles al enriquecimiento de la sesión.

Esto desde dos puntos de vista: de todas las preguntas recogidas en todo el país se dio a conocer, como no era posible de otra manera, una muestra infinitesimal, y de todas formas los conductores agregaron cuestionamientos ajenos, sesgados o no, a la colección promovida institucionalmente. Se generó un cúmulo de asuntos en una diversidad distractora del propósito concentrador temático de la propia narrativa incumplida del INE.

En esto también el instituto local ganó al INE con un formato facilitador de buen ritmo y de presentación de propuestas e interés. Y más económico.

Y puede aprender más la oposición. Por ejemplo, si tenían urgencia de aprovechar el eclipse para hacer propaganda, con la referencia de la improbabilidad de “obscurecer” al partido en el gobierno, pudieron no perder de vista que solamente cada 33 o cada 28 años ese eclipsamiento ocurre y de todas maneras es una experiencia fugaz temporalmente mínima. En otras palabras, si el mensaje es ser hegemónico como los eclipses ante la luz del astro mayor, la regularidad de la presencia del mismo se impondrá este 2 de junio salvo voluntad en contrario de la luna.

Segundo elemento, también desde la primaria sabemos de un escudo nacional y un águila montada sobre el nopal mientras el ave devora a la serpiente. Tras la pifia de la colocación de cabeza del símbolo nacional, digerida, regurgitada, en diversos spins en general incomprensibles, quedó la intención de representar a la bandera nacional en manos de Xóchitl Gálvez como su misión épica hacia la toma del poder situado en el horizonte de sus ilusiones. No se había defendido mal y lo echó todo a perder… mientras sonreía inhabilitada para percatarse de su error final y definitorio.

La candidata del PRI, PAN y PRD involuntariamente se agregó a quienes “hacen historia” pero de las equivocaciones simbólicas más memorables de los debates presidenciales desde 1994.

Quien decidió ver el águila volar y ha salido victoriosa, Claudia Sheinbaum, lo hizo; quien prefirió omitir el reconocimiento del evento, también.

Si quiere la oposición poner de cabeza al país, a los ojos de la mayoría de un electorado que debe expresarse copiosamente este 2 de junio, no lo conseguirá porque la ciudadanía está luminosa.

POR SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS

PRESIDENTE DEL CONSEJO CIUDADANO DE LA CDMX

@GUERREROCHIPRES

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