Tan pronto como estaban comenzando las acciones –ya de rol regular– en Corea con el duelo entre los Dodgers de Los Ángeles y los Padres de San Diego, el tema no era en sí una zarandeada que le dieron a un japonés (Yamamoto), sino la que le vino a su paisano el ídolo, el mega conocido, el súper apto Shohei Ohtani.
Hemos comentado reiteradamente cómo las casas de apuestas no son la mejor idea como aliados estratégicos / asociados / socios (o cualquier tipo de enquistamiento) para liga profesional alguna. Razones sobran y parece que ahora con este escándalo del (hasta ahora) “solitario intérprete apostador” ya Grandes Ligas se dio cuenta como el riesgo está -literal- demasiado cerca pues estamos hablando del máximo ídolo actual y nada menos el puente con un mercado tan atractivo en lo beisbolero y lo económico como lo es el lejano oriente.
Aquí no se trata de juzgar a nadie: es menester traer a mención como muchos aficionados, colegas de los medios y colegas abogados han dejado ver la incredulidad ante el hecho de que una figura del tamaño del samurai Ohtani nomás no se diera cuenta de que le birlaron una babita como son 4.5 millones de dólares.
Seguramente le pidieron prudencia en su equipo Legal al súper pelotero y todo parece indicar será el (ahora ex) traductor quien asumirá el costo por aquello de la carga probatoria, saliendo el pelotero de los Dodgers “sin mancha”, al menos por esta ocasión.
Bien dijo el aún proscrito por ese tema, El Rey del Hit, Pete Rose: “caray, ¡cómo no le eché la culpa a un traductor (por mis apuestas) en su momento” y hasta hace lógica para aquello visto en las recientes noticias.
Todos quisiéramos hablar de los rosters para los inminentes juegos inaugurales o sobre la histórica Y nueva victoria de los Diablos Rojos del México sobre “los Yankees” de Nueva York, en el Estadio Alfredo Harp, con un increíble ambiente de fiesta beisbolera, de cuantos más temas positivos sobre el rey de los deportes, aunque…
Precisamente en la victoria de los pingos sobre los mulos abrió por los capitalinos Trevor Bauer, quien se ve afilado con su repertorio y con lo que en condiciones normales debería ser el arsenal para ser un abridor uno, incluso en varios equipos de Las Mayores, pero ¿qué creen? Allá también hay pacto de caballeros, y Bauer (nos puede caer mal por su imprudencia verbal en ocasiones vista) seguirá esperando una oportunidad, ni siquiera ofreciendo cobrar salario mínimo.
Ni en apuestas, ni el caso de dicho abridor se ha visto la máxima bronca como la que tiene el Sindicato de peloteros (MLBPA) estos días y, con un casi guiñapo como Tony Clark al frente del gremio, con un grupo de escritores tan banal y alineado a la conveniencia como la BBWAA, el beisbol le pertenece a los 30 dueños, por medio de su empleado el Comisionado Rob Manfred.
Seguiremos con ese tema, donde los ligaminoristas merecían tener voz y ahora sí veremos si el sindicato tiene altura o prefieren seguir cerca de los intereses.
POR ALEJANDRO AGUERREBERE
PAL