POLITEIA

Las razones de Cayetana

Estamos, asegura Cayetana Álvarez de Toledo, en la era de la mediocridad. Se combate el mérito, se lucra con la ignorancia

OPINIÓN

·
Fernando Rodríguez Doval / Politeia / Opinión El Heraldo de México
Fernando Rodríguez Doval / Politeia / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La reciente visita a México de Cayetana Álvarez de Toledo despertó todo tipo de reacciones. Sus fuertes críticas al populismo y a Andrés Manuel López Obrador ocasionaron la iracunda reacción de sus seguidores, los cuales no refutaron con argumentos ninguna de las afirmaciones de la política e intelectual española, sino que simplemente la descalificaron por su origen aristócrata y extranjero. 

Y sí. Cayetana Álvarez de Toledo hizo una crítica contumaz al gobierno de AMLO y a su política de polarización social y de connivencia con el crimen organizado, así como a las amenazas que se ciernen sobre la democracia mexicana. 

Pero las razones de Cayetana fueron mucho más allá de un reproche coyuntural a un personaje específico. La ilustre egresada de la Universidad de Oxford, alumna aventajada del hispanista John Elliot, hizo un análisis integral de un conjunto de patologías que hoy padece un mundo occidental que ha decidido dejar de actuar bajo los parámetros de la razón, uno de los pilares que lo forjó, para entregarse de lleno a los brazos del sentimentalismo más ramplón.

Estamos, asegura Cayetana, en la era de la mediocridad. Se combate el mérito, se lucra con la ignorancia, se da más importancia a las opiniones y a las emociones que a los argumentos. Las políticas identitarias tratan a los grupos presuntamente oprimidos como menores de edad y como seres débiles necesitados de tutela ajena. Y todo ello conduce a un pesimismo que se convierte en el caldo de cultivo propicio para un populismo que en todos lados pulsa las más bajas pasiones para enardecer a las masas y destruir la democracia, apelando al mesianismo.  

Frente a todo ello, Cayetana le vino a decir a los jóvenes mexicanos que hay que buscar el esfuerzo, el mérito, la excelencia. Que hay que desconfiar de los políticos que les prometen derechos infinitos mientras les niegan su condición de adultos para asumir la posición de padres perpetuos. Que hay que huir del victimismo. Que no hay atajos en el camino hacia la plena realización personal. Que nada es gratis en esta vida, y mucho menos el dinero público. Que hay que exigir la verdad, aunque no sea cómoda, para que así puedan hacerse dueños de su propio destino. 

No es común escuchar políticos cultos que hablen con madurez y claridad, sin hacer concesiones a la demagogia. Menos frecuente aún es encontrar políticos que antepongan la razón al aplauso fácil. Por eso se agradecen tanto las reflexiones de Cayetana Álvarez de Toledo. Una política e intelectual de altos vuelos que ha decidido dar la batalla a la pretendida hegemonía de la izquierda, a la cultura de la cancelación y a esa tendencia liberticida llamada “wokismo”.

POR FERNANDO RODRÍGUEZ DOVAL

POLITÓLOGO

@FERDOVAL

EEZ