Los dioses habían condenado a Sísifo a subir sin cesar una roca hasta la cima de una montaña desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Habían pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza.
Con la inscripción de ciertos perfiles para las elecciones del Poder Judicial, el “Plan C” se parece cada vez más a este relato, tal y como lo describe Albert Camus en el párrafo anterior.
El registro de algunas personas al proceso de selección de 881 cargos, indica que el proceso de renovación del este poder es un esfuerzo en vano; o bien, una estrategia para colocar en estos espacios a figuras cercanas a determinados grupos.
A corte de 24 de noviembre, 18 mil 447 personas habían completado la ficha. En esta primera lista, encontramos desde simpatizantes de López Obrador, funcionarios de gobiernos de Morena, así como exservidores públicos de los últimos cuatro sexenios.
También, no sorprende encontrar nombres que como el de la todavía ministra Yasmín Esquivel, así como de cuatro de los once miembros de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, para convertirse en ministros de la Corte: el presidente Guillermo Valls, la magistrada Zulema Mosri y dos de los magistrados de la Sala Anticorrupción Julio Sabines y Natalia Téllez, quienes fueron designados por Obrador.
A estos se agregan individuos que sus historias parecen casi tan sobrenaturales como un mito. Están casos como los de Abraham Pedraza y Oswaldo Jiménez, examinados por Ricardo Raphael en su columna “Clan Wallace tras magistraturas”. El primero, es cuñado de María Isabel Miranda de Wallace y es el sujeto que hizo la falsa denuncia de desaparición en ese conocido suceso. Por su parte, Jiménez cuenta con un historial de tortura y una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (VG127/2023) a consecuencia de ello. Además, este mismo, mientras era fiscal, encarceló a un perro por agresión sexual. Sí: ¡a UN PERRO!
Está también el caso del abogado de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, actualmente preso por los delitos de trata de personas para explotación sexual. Este sujeto de nombre Erick Alan Hernández Arizmendi, compite para erigirse como Juez de Distrito del Primer Circuito en Materia Penal.
Ante esta situación, esperemos que esas piedras caigan – también – por su propio peso. Que se vengan abajo antes de llegar a las listas que se publicarán el 31 de enero del próximo año, donde aparecerán las candidaturas finales. Solo así se podrá evitar que México padezca, como dice Camus, del castigo terrible del trabajo inútil y sin esperanza.
POR MARLENE MIZRAHI
COLABORADORA
@MARLENEMIZRAHI
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