Mucho se ha hablado sobre la desaparición de los órganos autónomos, como el INAI, Coneval, Cofece, e IFT, entre otros, pero también, mucho se ha mentido acerca de las causas por las que van a desaparecer estas instituciones.
Incluso, la oposición ha ejercido su derecho a la libertad de expresión, pero sólo para mentir, ya que a todas luces han asegurado que con la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), por poner un ejemplo, el derecho de la gente a saber va a quedar reducido, lo que resulta totalmente falso, ya que si comparamos a este organismo con sus similares de otros países, nos damos cuenta de que la transparencia en México es de las más caras del mundo.
Por ejemplo, en España existe la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) que para fines prácticos tiene una función similar a la del INAI.
La diferencia es que la agencia española cuesta anualmente un promedio de 19 millones de euros, equivalente a poco más de 405 millones de pesos mexicanos aproximadamente, mientras que, el INAI nos cuesta mil 168 millones de pesos.
Por si fuera poco, en España la labor de transparencia y protección de datos se realiza a través de dos organismos: la AEPD y el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG), donde este último cuenta con un presupuesto de 3.37 millones de euros (alrededor de 70 millones de pesos) llevando a cabo funciones similares a las del INAI, pero con un costo mucho menor.
De esta manera, si sumamos el presupuesto de los dos organismos españoles, nos da un total de un poco más de 475 millones de pesos, o sea, ni la mitad del presupuesto del instituto mexicano.
Por ello, la mayoría en la Cámara de Diputados votó a favor de la transparencia en México y no para desaparecer el derecho a saber, como la oposición lo asegura.
Además, se fortalece el acceso a la información con una visión más social y se cierra el paso al personal de alto nivel al interior de esos organismos, quienes tomaban como pretexto las solicitudes ciudadanas de información para gastos superfluos, como viajes a paraísos fiscales como las Islas Bermudas, a donde su ex titular voló, dejando como un ejemplo del mal uso de los recursos públicos.
Además de eso, el mismo INAI es uno de los organismos más corruptos y aunque usted no lo crea.
El encargado de la transparencia y rendición de cuentas es una de las instituciones más opacas, por lo que celebro que el gobierno de Claudia Sheinbaum haya apoyado su desaparición, ya que durante años estas oficinas que reciben recursos públicos han operado como elefantes blancos, con presupuestos inflados y una burocracia desmesurada, cuya estructura, en ocasiones, excedía las necesidades reales de sus funciones.
POR JULIO CÉSAR MORENO
DIPUTADO DE MORENA
@JULIOC_MORENO
MAAZ