No hace falta ser vidente para saber que automáticamente la entrega de hoy, con el título, hablará de los Tigres. Una escuadra que tuvo más de 40 disparos en su serie frente al San Luis y no pudo anotar ninguno. Y como siempre, esa afición tan noble como ciega en su generalidad, tratando de cortar, otra vez, por quinta ocasión en un periodo de tres años, al director técnico. Como si se hubieran olvidado que para gestar una era dentro de un deporte colectivo hacen falta proyectos de larga duración. Como si no recordaran cuál es la fórmula del éxito que tantas glorias les dio.
No se puede quejar la Universidad de Nuevo León que hayan llegado técnicos poco calificados después de Ferretti. Miguel Herrera no es el más preparado del mundo. sus análisis superfluos lo denotan. Sin embargo, sí está rodeado de gente interesante y en su carácter de motivador y buena onda logró ganarse a un vestuario sumamente pesado y competitivo que ganó muchos títulos. Alcanzó dos semifinales, aunque sus declaraciones, e donde utilizó el término viejos para referirse a algunos de sus jugadores eran ciertas, terminaron dilapidando su etapa al frente de los norteños.
Tras ello parecía venir la estabilidad con un tipo serio como Diego Cocca, crucificado en Nuevo León por dejar tirado al equipo por la selección mexicana, algo que, siendo sincero, usted, estimado lector, quizá también haría. En fin. El pampero llegaba tras conseguir un bicampeonato con una escuadra limitadísima como el Atlas de Guadalajara.
Fue el “Chima” Ruiz quien tomó el timón después, aunque hay que decirlo, dio pena y su despido estuvo más que justificado. Tan solo en ese torneo, donde milagrosamente y por espejismo, los Tigres ganaron un campeonato, desfilaron tres entrenadores, lo que en ninguna parte del mundo se traduce en una buena planeación.
Un título de “churro” que venía maquillando las maquiavélicas formas en las oficinas de sinergia. Llegó Siboldi, quien parecía haber estabilizado el barco. Alcanzó dos finales y aunque la segunda pareció más justa que la primera, tuvo fracasos intermedios como haber sido eliminado de dos Copas de Campeones de la CONCACAF. Hasta antes de que llegara Paunovic, todos habían tenido una peculiaridad. No se atrevieron a limpiar algo que desde “Tuca” era necesario. El asilo Fútbol Club, encabezado por Gignac, Aquino, Nahuel Guzmán, Guido Pizarro y Rafael Carioca. En la eliminación del domingo, así como ha venido siendo en los últimos años, cinco de los once titulares rebasan los 34 años.
Le dejo de tarea para que me ponga en sus comentarios. ¿Algún equipo del mundo puede presumir títulos con una edad tan futbolísticamente avanzada? El Madrid corrió a Cristiano con más de 400 goles a cuestas y el FC Barcelona lo hizo con Messi siendo el mejor de la historia. Y allá en San Nico la gente quiere volver a despachar a un entrenador cuando por enésima vez se les vuelve a repetir. Quien tiene que irse son los miembros del sindicato que tienen secuestrado al club. ¿Leyendas? Ni duda cabe. Pónganles todos sus nombres a las calles aledañas al estadio. En la cancha ya no hay espacio para ellas… desde hace rato.
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
MAAZ