REFLEXIONES CONSTITUCIONALES

Feliz Año Nuevo

Un gran número alcanzará la felicidad siempre y cuando tenga acceso a bienes sociales fundamentales

OPINIÓN

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Alfredo Ríos Camarena / Reflexiones Constitucionales / Opinión El Heraldo de México
Alfredo Ríos Camarena / Reflexiones Constitucionales / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Desde hace cientos de años el mundo occidental ha practicado la sana costumbre de origen religioso y cristiano de desearnos prosperidad y felicidad en estas épocas navideñas y de fin de año; esta ética oportunidad de urbanidad social nos permite acercarnos a nuestras familias y a nuestras amistades.

¿Qué es la felicidad? La respuesta tiene un valor subjetivo y consiste desde luego en el equilibrio, y la armonía que, a cada uno de nosotros, en lo individual le permite vivir con plenitud.

Por eso, este año deseamos esta felicidad a todos nuestros compatriotas y amigos, y estamos ciertos de que un gran número la alcanzarán siempre y cuando tengan acceso a bienes sociales fundamentales como vestimenta, vivienda, salud y educación. Por eso, la felicidad también se convierte en un bien social en la que el Estado no puede ser ajeno.

En el Informe Mundial de la Felicidad 2024, México se ubicó en el puesto número 25. Sin embargo, supera el promedio de felicidad por 12 por ciento, y 83 por ciento de los mexicanos se considera feliz. Lo anterior a pesar de la desigualdad y las grandes diferencias sociales que no hemos podido superar. Esto implica una acción pública urgente y necesaria para combatir la insalubridad, la violencia y la pobreza; estamos muy lejos de llegar a las metas históricas que nos hemos trazado.

La felicidad a la que nos hemos referido está vinculada a los bienes materiales, pero no necesariamente a la acumulación absurda del dinero que ha sido el nuevo paradigma de la globalización y el neoliberalismo.

No podemos desear feliz año a los millones de migrantes perseguidos y condenados injustamente que hoy cruzan nuestro país con frio, hambre y desesperación. Tampoco podrán ser felices las madres buscadoras que no han podido encontrar la paz de localizar a sus seres queridos; ni los niños con cáncer que no tuvieron la oportunidad de obtener los medicamentos requeridos, ni las comunidades indígenas, donde la miseria y la falta de educación sigue siendo una constante que lacera a la conciencia colectiva de la Nación, tampoco podrán alcanzar la paz y la felicidad millones de mexicanos aterrorizados por la acción violenta del crimen organizado.

Pese a todo, México es un país en el que vibra la esperanza de un mundo mejor. En otro escenario, existe una clase social de super millonarios que ofenden con su riqueza y sus excesos, y que no han tenido la capacidad de entender que este patrimonio exagerado debe de tener un sentido social y distributivo. No es posible que en un país donde hay millones de mexicanos que no tienen lo mínimo para alimentarse y vivir, existan unos cuantos cuya riqueza excede a la imaginación más desenfrenada.

Feliz año para todos. Para la clase política siempre resguardada en sus privilegios y sus haberes lícitos o no, independientemente del color de sus partidos, feliz año a la Presidenta Sheinbaum que en los primeros días del año, enfrentara una de las amenazas más graves de nuestro tiempo, con el advenimiento del presidente Trump en los Estados Unidos.

Feliz año a los millones de seres humanos que han perdido su libertad frente a regímenes autoritarios de diferentes tendencias, feliz año a los discriminados por el color de su piel y su condición social, feliz año a los palestinos masacrados en un absurdo genocidio, feliz año a los ucranianos a quien se les ha arrebatado parte de su territorio y también a los israelitas y rusos de buena voluntad.

Felicidad y prosperidad, pero sobre todo concreción de un Estado Social de Derecho que nos ayude a cambiar el panorama de la grave desigualdad en la que vivimos. A pesar de la profecía del desastre, feliz año para todos.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM
PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)
VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA

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