COLUMNA INVITADA

Año nuevo con el Presidente Trump

Regresa con una agenda conocida, experiencia, control político y mayoría de su partido en Congreso

OPINIÓN

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Arturo Sánchez Gutiérrez / Colaborador / Opinión El Heraldo de México
Arturo Sánchez Gutiérrez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Faltan 25 días para que el Presidente Donald Trump tome posesión como el nuevo Presidente de los Estados Unidos, pero con el triunfo en la bolsa él sigue haciendo campaña. Sus declaraciones generan nuevos debates, obligan a definir una estrategia en el gobierno de Claudia Sheinbaum y complica su discurso político.

El debate tiene que ver con hasta dónde es posible creer las amenazas del futuro Presidente, dado que sus dichos, de cumplirse al pie de la letra, generarían problemas en Estados Unidos. Subir los aranceles es una de las políticas proteccionistas más comunes para estimular el mercado nacional, pero después de 30 años del tratado de libre comercio, la economía norteamericana se ha adaptado a una relación comercial con México de la que sin duda obtiene importantes beneficios. Tampoco es la primera ocasión en la que el mismo Trump anuncia que subiría los aranceles, pero para evitarlo fue necesario que el presidente López Obrador dictara políticas para limitar la llegada de migrantes a los Estados Unidos.

El hecho es que Trump regresa con una agenda que ya conocemos (migración, comercio con México y la entrada ilegal de drogas a través de nuestra frontera). Pero llega con experiencia, control político y la mayoría de su partido en el Congreso. Subestimar sus intenciones sería un error importante, pero reaccionar equivocadamente y caer en provocaciones también es un error de estrategia.

Por lo pronto, las declaraciones del próximo presidente ya incidieron en México con prácticas que no se habían visto en el periodo de López Obrador, como el avance en la persecución de los capos del crimen organizado y la desaparición del “abrazos, no balazos” en las mañaneras. Con todo, la estrategia discursiva de la Presidenta Claudia Sheinbaum la presenta como una gobernante que responde al discurso de campaña de Trump, que aún no es presidente. 

Sheinbaum argumenta que a Estados Unidos no le convienen las políticas que anuncia Trump en materia de aranceles, que la deportación masiva generaría problemas de oferta de empleo y que calificar de terroristas a los cárteles mexicanos no quiere decir que habría una intervención directa de Estados Unidos en México. Es posible que tenga razón, pero la agenda nacionalista de Trump es mucho más compleja y no tiene que ver solo con México. Para el estadounidense se trata del segundo piso de su propio intento de transformación, en la defensa de los intereses de su país, para reposicionarlo como eje de la política internacional, y con una economía vigorosa en clave nacionalista. Por eso sus ataques a China y a quienes comercian con el país asiático; por eso se lanza contra Canadá y Panamá y busca recuperar el Canal. La agenda de México debe tomar en serio cualquier amenaza de Trump, pues él no considerará ni las reglas de la diplomacia, ni los efectos internos de su estrategia, ni el himno nacional mexicano.

POR ARTURO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ

PROFESOR INVESTIGADOR, ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y GOBIERNO
TECNOLÓGICO DE MONTERREY

@ARTUROSANCHEZG

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