IRREALISMO LÓGICO

Los gringos también son narcos

Pese a que los contrabandistas más importantes son estadounidenses, Donald Trump se ha agarrado de la peor crisis de opiáceos en Estados Unidos

OPINIÓN

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Alejandro Almazán / Irrealismo lógico / Opinión El Heraldo de México
Alejandro Almazán / Irrealismo lógico / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Cortesía

En septiembre de 2022, la reputada encuestadora gringa NPR-Ipsos desmintió que la mayor parte del fentanilo que entra en Estados Unidos fuese introducida de contrabando por traficantes mexicanos o por migrantes ilegales. De hecho, con datos de la Comisión de Sentencias, la encuestadora concluyó que el 86.3% de los condenados por tráfico de fentanilo en 2021 eran ciudadanos estadounidenses.

También determinó que más del 90% de las incautaciones de fentanilo ocurren en las garitas o en puestos de control; es decir: casi nunca hay decomisos en las rutas de la migración ilegal, como insiste la DEA. NPR-Ipsos, además, resolvió que el 99% de los consumidores de fentanilo, que son estadounidenses, financian el tráfico de este opiáceo sintético al pagarle a los minoristas y mayoristas gringos que regresan las ganancias en efectivo a México.

Pese a que los contrabandistas más importantes son ciudadanos estadounidenses, Donald Trump se ha agarrado de la peor crisis de opiáceos en Estados Unidos y, con ayuda de los medios gringos, ha montado un enemigo de dos cabezas: los cárteles mexicanos y los migrantes. Es entendible: el presidente de la propaganda y de la fanfarronería pretende impulsar sus políticas intervencionistas no sólo en México; también en Latinoamérica, donde la derecha se reajusta, se refinancia y conspira.

La derecha mexicana, mientras tanto, le ruega al Santo Gringo Injerencista para que Trump clasifique de terroristas a las organizaciones criminales el primer minuto del 20 de enero de 2025. Guiada por las vísceras, desacreditada ideológica y políticamente, nuestra indecente derecha le apuesta al intervencionismo.

“Penoso que sea un presidente extranjero quien pondrá alto a abrazos a delincuentes y balazos a mexicanos”, posteó una histriónica senadora que seguro aparecerá en la lista anual de lo peor en la política. “Yo como mexicano creo que es una gran noticia”, garabateó alguien con probable IQ 85. “El narcotráfico llegó a un punto de diversificación y de poder que la única palabra que puede definirlo es terrorismo”, opinó un famoso sionista.

Presuntos ‘especialistas en seguridad’, periodistas mal informados y Opinólogos de bolsillo no cantan mal las rancheras: convencidos de que los estadounidenses son la justicia y la democracia en la Tierra, le prenden veladoras a La Santa Invasión para que Trump comba a los grupos delincuenciales en México. “Los cárteles mexicanos sí son terroristas”, escribió un corrupto escribano. “Los únicos enojados (de que Trump intervenga) son los morenistas”, posteó un empleado del Ricardo Salinas, un defraudador fiscal.

Quienes alientan la narrativa del narcoterrorismo bien harían en documentarse para no caer en el ridículo. Sabrían, por ejemplo, que los estadounidenses traficaron marihuana y opiáceos a México antes que los mexicanos las contrabandearan a Estados Unidos; que la prohibición de las drogas sólo ha acarreado un mercado negro que es respaldado por el gobierno gringo; que, a base de chantajes, el racista Harry J. Anslinger impuso políticas antidrogas en México para beneficiar a las farmacéuticas americanas; que las operaciones Intercepción, Cooperación y Cóndor fueron acciones injerencistas que no resolvieron el problema; que la DEA inventó las palabras cártel y narcotraficante como parte de una estrategia de intervencionismo; que la guerra contra las drogas ha sido un tremendo fracaso; o que los gringos también son narcos.

POR ALEJANDRO ALMAZÁN

COLABORADOR

@ELALEXALMAZAN

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