Por fin han llegado los anhelados días de las últimas semanas del año 2024 en el que familiares y amistades cuentan con más tiempo para el encuentro en la región, ante un futuro complejo como el que se vive en estos tiempos en una región para los que la hospitalidad, la solidaridad son centrales. La mirada se vuelca sobre las necesidades, especialmente las de paz, prosperidad y estabilidad para la región, en adelante.
El período de fiestas en la región de América Latina y El Caribe, Estados Unidos de América y Canadá como en muchas otras regiones del mundo, transcurre desde la segunda semana de diciembre, pasa por el período de velitas, posadas, novenas, octavitas, las celebraciones de las Pascuas, de las diferentes celebraciones que dependen de cada comunidad o país, la despedida del año viejo y la bienvenida al nuevo. Es significativa la fiesta de Reyes el 6 de enero que celebra un encuentro intercultural desde su esencia y simbolismo histórico.
Según la práctica tradicional, salen la música y las danzas, las celebraciones, los paseos, procesiones, adornos y decoraciones de la época en las casas y calle engalanadas por las comunidades. Los tamales, las frutas, los buñuelos, los confites y los ponches, los platillos de época que se preparan con los ingredientes de temporada se encuentran entre los preferidos alimentos a compartir junto con los regalos de amigos y familiares en ambientes de climas variados con más frío y ambiente fresco en Mesoamérica y El Caribe, más calor en el Sur del continente americano.
La hospitalidad que es tan central en la cultura regional crece en esta temporada se presenta en sus múltiples formas. En un espacio temporal especial por el fortalecimiento de los espacios comunitarios, de encuentros en los que se privilegia la comunicación que cruza las fronteras geográficas, culturales, las barreras lingüísticas en tiempo real, cada vez con mayor creatividad.
El retorno y visita de familiares, de visitantes que llegan de lugares lejanos o más próximos representa la posibilidad de conocer de manera más cercana la situación de quienes se acercan, practicar y transmitir entre generaciones las tradiciones de cada lugar que forman parte del patrimonio cultural regional. Por lo que respecta a la región, Colombia y México se encuentran entre los países en los que ha crecido la llegada de visitantes internacionales este año, junto con otros destinos caribeños.
Las tradiciones regionales se enriquecen y fortalecen cada vez más por una larga historia de influencias, expresiones culturales y movilidad de personas que han contribuido a su celebración. Ahora preocupan profundamente las condiciones del retorno no deseado de personas que viven fuera de sus países o poblaciones originarias de quienes dependen sus comunidades, la capacidad de acogerles e integrarles dignamente de manera duradera en tiempos de cambio acelerado.
Ante las tensiones actuales, es buen momento para abrir la puerta a los mensajes positivos, de cooperación, amistad y solución. A la circulación de información que da certezas, veraz, comprobada. A la comunicación que contribuye al conocimiento. A la que permite conocer la gran riqueza regional en materia de tradiciones que acompañan este período, atender la necesidad del intercambio debuenas nuevas, al diálogo en la comunicación orientada a futuras construcciones comunes.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ CHÁVEZ
CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA
@GUADALUPEGONZCH
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