FACTOR RH

El brutal espejo del cierre de año y la evaluación del camino del emprendedor

Llegó el momento de pausar y reflexionar qué has logrado como emprendedor este año. La evaluación anual más allá de un estado de resultados, es desenterrar lecciones escondidas para convertir cada cierre en un comienzo más fuerte y transformarlas en estrategias que cambien tu historia

OPINIÓN

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Estrella Vázquez es colaboradora de El Heraldo de México
Estrella Vázquez es colaboradora de El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El final del año no es solo una fecha en el calendario, representa una oportunidad dorada para detenerse, observar y ajustar el rumbo. Como emprendedores, vivimos atrapados en un vértigo constante de reuniones, decisiones, estrategias, riesgos pero la verdadera maestría no está en la actividad constante sino en saber cómo y cuándo parar para analizar el trayecto y reajustar el rumbo.

La evaluación anual es ese acto de valentía que muchos evitan porque implica enfrentarse a la verdad sin filtros. ¿Las decisiones fueron las correctas? ¿Cumplimos con las metas trazadas? Y, quizá lo más importante: ¿Estamos construyendo algo que vale la pena?, ¿con propósito?, ¿con impacto? Esta reflexión es como mirar un espejo brutalmente honesto, pero también es una de las herramientas más poderosas para garantizar el crecimiento y la mejora continua.

Primero, hay que comenzar con lo tangible, con los números y las finanzas, hay que analizar los ingresos, los gastos, y las ganancias. Además de ser un ejercicio contable, es la radiografía de las decisiones tomadas todo el año porque cada cifra cuenta una historia: la de un cliente perdido, un contrato cerrado, una inversión que no dio frutos.

Y aunque los números no mienten, tampoco cuentan la historia completa y es aquí donde entra la segunda capa: el impacto del negocio en el mercado, en el equipo de trabajo y en el emprendedor mismo. Las preguntas deben responder qué tan alineado está el negocio con tus valores y tu visión, qué tan cerca estás del sueño que te hizo emprender, qué tanto te desviaste en el caos del día a día. Reconocerlo no es fácil, pero es vital.

También es esencial examinar el contexto externo, porque el ecosistema emprendedor cambia constantemente entre la competencia, la tecnología, las regulaciones, los financiamientos y todos esos factores influyen en el desempeño del negocio. Este año, tal vez hubo gran flexibilidad y adaptación o tal vez te quedaste rezagado; quizá una de las lecciones más valiosas es que el éxito no siempre depende de tener las mejores ideas, sino de ejecutar y adaptarse más rápido que los demás.

Y el factor humano no se puede olvidar, es lo más importante para cualquier negocio. Como especialista en gestión de talento, puedo asegurar que ninguna revisión está completa sin evaluar al equipo de trabajo y al líder mismo. Criterios como metas, desarrollo, crecimiento profesional, empoderamiento de los colaboradores deben evaluarse en el fin de año. Y más importante aún, el líder debe cuidarse y fomentar el bienestar laboral porque un emprendedor agotado y desmotivado no es útil para nadie, ni siquiera para su propio sueño.

Una vez hecho el diagnóstico, es momento de trazar el plan de acción y dividir las conclusiones en tres categorías: lo que está funcionando, lo que necesita ajustes y lo que debe eliminarse. Esta clasificación simplifica el proceso y da claridad para actuar; a veces, la clave del avance no es agregar más cosas, sino quitar lo que está frenando el potencial de crecimiento.

Importante también es crear un plan para lo inesperado porque si algo nos enseñaron los últimos años, es que lo impredecible siempre ocurre. Bajo escenarios hipotéticos, debemos trazar medidas de acción si el cliente más grande se va, si una nueva tecnología deja fuera del mercado tu oferta actual, si un competidor hace una oferta de adquisición. Con estas simulaciones, los ejercicios de preparación y resiliencia evitarán la sorpresa y la incertidumbre.

Por último, esta evaluación debe convertirse en una práctica ritual cada año. Ciertamente nunca habrá un momento adecuado o tiempo libre para hacerlo pero debe ocurrir y agendarse como si fuera la reunión más importante del año. El equipo interno, mentores, proveedores, e incluso a tus clientes deben involucrarse, si es posible porque la evaluación colectiva y opiniones externas aportan nuevas perspectivas y refuerzan el compromiso y la transparencia.

En palabras de Peter Drucker, “todo lo que se mide, se mejora”. Y debemos agregar: lo que se evalúa con honestidad y con acción, se transforma. El cierre del año no representa el punto final de un ciclo, sino un puente hacia lo que está por venir y sin temor a mirar atrás, ese reflejo contiene las claves para construir un futuro aún más grande.

El verdadero poder del emprendedor está en su capacidad de aprender de cada paso, especialmente de los errores y adaptarse al cambio. El año que termina fue un capítulo que abre paso a escribir el siguiente y puede ser una historia grandiosa. Así que haz una pausa, reflexiona, y sigue adelante con más fuerza, más claridad y más determinación. Porque emprender no es un destino, es un viaje continuo hacia la mejor versión de ti mismo y de tu sueño.

Estrella Vázquez es emprendedora serial, consultora especializada en la gestión de talento y capital humano, y fundadora y directora general de Time2Grow, una alianza de servicios integrales conformada por las empresas mexicanas: Factor RH, Time2Business (T2B) y Skills2Work (S2W).