CUERPO Y ALMA

¿Y eso qué tiene que ver con la Navidad?

El feminicidio emocional existe; nombrarlo como lo hacemos en Ola Violeta es el primer paso para diseñar políticas públicas que permitan prevenirlo y combatirlo

OPINIÓN

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María Elena Esparza Guevara / Cuerpo y Alma / Opinión El Heraldo de México
María Elena Esparza Guevara / Cuerpo y Alma / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Día 8 de los 16 de activismo contra la violencia de género; año 25 del 25N designado por la ONU como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Ya pasó la marcha y el furor mediático por pintarse de naranja o dar cobertura al tema se diluye poco a poco. ¡Ya casi es Navidad!

Podemos cambiar de tema, pero la realidad permanece. Si tomamos los datos de la más reciente Encuesta Nacional sobre la Dinámica en Ias Relaciones de los Hogares (ENDIREH) del Inegi, hablamos de 18 millones 266 mil 400 víctimas de violencia psicológica de género, la más invisibilizada, sutil y difícil no sólo de detectar sino de denunciar ante la autoridad. Para dimensionar, eso es más que la población de Países Bajos, Bolivia o Emiratos Árabes Unidos. Aún así, no hablamos de todas ellas.

En Ola Violeta AC estimamos que la cifra negra en violencia psicológica de género podría ubicarse entre el 70 y 80 por ciento en nuestro país debido a una combinación de factores que incluyen las brechas informativas respecto qué constituye una agresión de este tipo, la normalización de conductas emocionales violentas y la dificultad para probar este delito ante la autoridad, a pesar de ser la forma más prevalente de las cinco reconocidas en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Acabamos de publicar un manifiesto al respecto en todas nuestras plataformas.

No es un problema sólo mexicano. En Europa, el 44% de las mujeres ha experimentado violencia psicológica a lo largo de su vida, según un estudio de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. En América Latina, la situación es igualmente alarmante, por ejemplo, en Colombia y Guatemala la violencia psicológica es la más reportada. Las víctimas padecen en silencio porque no hay huellas visibles en su cuerpo físico que llamen la atención de familiares o conocidos.

El feminicidio emocional existe; nombrarlo como lo hacemos en Ola Violeta es el primer paso para diseñar políticas públicas que permitan prevenirlo y combatirlo. En la Ciudad de México tenemos Jefa de Gobierno feminista, Clara Brugada, y desde las colectivas vemos con entusiasmo la estrategia contra la violencia hacia las mujeres que presentó la semana pasada, para empezar porque reconoce la necesidad de combatirla cada día de cada mes, todos los años. Sea o no Navidad -por cierto, una de las épocas con mayores índices de violencia familiar- sin distracciones, hacia la meta de estar siempre vivas, libres, poderosas y sin miedo.

POR MARÍA ELENA ESPARZA GUEVARA
@MAELENAESPARZA

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