Después de que el presidente electo, Donald Trump, nombró a Keith Kellogg como su enviado especial para Ucrania y Rusia, muchos se han preguntado si es posible una solución negociada a la guerra. De acuerdo con las ideas de este general retirado, quien fue asesor de seguridad nacional en el primer mandato de Trump, los Estados Unidos van a presionar a ambas partes para que se sienten a la mesa de negociación, advirtiendo a Ucrania sobre el fin del envío de armamento y a Rusia sobre un mayor involucramiento de los EUA si se resisten a la negociación.
Lo que propone Kellogg es un alto al fuego entre Rusia y Ucrania para congelar la guerra de acuerdo con la línea actual del frente y el establecimiento de una zona desmilitarizada. Asimismo, el objetivo es frenar el futuro avance ruso, garantizando la seguridad de Ucrania a través de armamento y acuerdos bilaterales. Ucrania no tendría que renunciar a sus territorios ocupados, pero se comprometería a usar la diplomacia para recuperarlos en el futuro. Se menciona también la eliminación de algunas sanciones a Rusia, así como la imposición de una especie de impuesto sobre la venta de productos energéticos rusos para la reconstrucción de Ucrania.
Hay tres aspectos que hay que considerar en este momento. Primero, el presidente Zelenski, en una entrevista para Sky News, expresó que estaría dispuesto a “congelar” la guerra y buscar una posterior recuperación de los territorios a cambio de la entrada de Ucrania en la OTAN. Segundo, no está claro si Rusia considerará seriamente la negociación con Ucrania bajo términos establecidos por los Estados Unidos. Tercero, los europeos de la OTAN, apoyados por la UE, estiman que un fin de la guerra sin consecuencias severas para Putin no soluciona el problema del expansionismo ruso, y están dispuestos a seguir apoyando a Ucrania incluso sin los Estados Unidos.
Por lo pronto, hay tres escenarios posibles, como lo consideran investigadores del think tank ucraniano Prism, que visitaron México hace pocos días: 1) un alto al fuego un tanto forzado y de corto plazo, a no ser que Ucrania se convierta en miembro de la OTAN; 2) la inflexibilidad de Rusia, que llevará a un mayor involucramiento de los EUA en Ucrania para frenar el avance ruso; 3) el cansancio de los EUA y el abandono de la búsqueda de la solución negociada por administración Trump, lo cual implicaría la continuación de la guerra, bajando su intensidad, con el apoyo de los europeos.
En las próximas semanas veremos cuál de estos escenarios se convertirá en realidad. Por lo pronto, incluso con un alto al fuego, Europa no regresará a los tiempos anteriores a la guerra. Nadie confía en Rusia gobernada por Putin, y hasta que no desaparezca este personaje, los países europeos, especialmente los de Europa Central, los bálticos, los nórdicos, así como los grandes, seguirán militarizándose, enfrentando la guerra híbrida orquestada por Rusia y preparándose para la eventualidad de una guerra más amplia en el continente europeo.
POR DRA. BEATA WOJNA
PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY
@BEATAWOJNA
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