COLUMNA INVITADA

Sujo y la redención

Sujo es un adolescente que vive en Michoacán, hijo de un sicario asesinado por traicionar al grupo

OPINIÓN

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Daniel Francisco / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Daniel Francisco / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

La violencia se impregna, esparce su semilla, vive en cada rincón. 

Cuando te mira a los ojos sucumbes. Sujo resiste al canto de los sirenos que lo provocan. Los insultos que cuestionan su hombría no lo doblan. 

Pero esa historia ya la hemos escuchado muchas veces. Un día la paciencia termina y te subes al ring. La espiral de sangre llega y no cuenta hasta 10, la pelea finaliza con la muerte (“a tu padre lo hicieron agua”).

La película Sujo, dirigida por Astrid Rondero y Fernanda Valadez, retrata a todos los pueblos polvorientos de México que tienen que adaptarse a las exigencias del monstruo del crimen organizado. Sujo es un adolescente que vive en Michoacán, hijo de un sicario asesinado por traicionar al grupo. 

Ese lugar representa a todos los sitios de México en el que la ley es dictada por el más fuerte. La batalla de Sujo es la que viven todos los jóvenes que buscan sobrevivir. No hay futuro (un día a la vez) y casi siempre son devorados por ese monstruo. 

Hace algunos años platiqué con la madre de un Sujo del centro del país (https://www.gaceta.unam.mx/la-suerte-de-escapar-del-reclutamiento-delictivo/). Recuerdo que tardé meses en convencerla para que me compartiera su historia. No tenía miedo, ya no lo conoce. Se ha enfrentado con desarmador en mano a quien la desafía. 

Su vacilación provenía del miedo a ser juzgada, a que no entendieran lo que había vivido su familia. No es una elección, “en nuestro pueblo hay hambre”. Y cuando por fin me contó el proceso de reclutamiento de su hijo, los engaños, las torturas, la zozobra infinita, pudo descargar su enojo.

Sujo se vuelve un número más, un soldado desechable, un niño que tiene la esperanza de escapar, de que el conocimiento lo redima. ¿Un libro podrá salvarlo? Y esa estampa nos acompañará: Sujo leyendo en su cuarto de azotea, luchando contra esos molinos de sangre. 

Subdirector de Gaceta UNAM

@dfmartinez74

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