Desde Afuera

Del Escandalito Borrego al Escándalo Escandón

El "affair Borrego" no es excusable y amerita una investigación y hasta sanción si fuera el caso, pero difícilmente parece del tamaño de las dudas y problemas alrededor del señor Escandón

Del Escandalito Borrego al Escándalo Escandón
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Pocas horas después de que el Canciller Juan Ramón de la Fuente hablase de la importancia de la ética y convocase al servicio diplomático a conducirse con ética, tanto en lo individual y lo colectivo, así como a evitar la diplomacia frívola, se anunciaba la designación del exgobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, como cónsul mexicano en Miami.

No habría mayor problema. No es el primer, y probablemente tampoco el último, político que ocupe un puesto diplomático en el exterior.

Pero la verdad sea dicha, nunca como ahora el país necesita de un cuerpo diplomático sólido y sobre todo, una doctrina de política exterior bien definida y respetada por sus guías y ejecutores.  

El llamado de De la Fuente fue secuela al escándalo creado por la boda de Martín Borrego, que fuera Jefe de la Oficina de Alicia Bárcenas cuando fue Secretaria de Relaciones Exteriores, y que renunció a su nueva posición en la Secretaría de Medio Ambiente a consecuencia de lo que se ha presentado como un abuso de su posición, para un festejo privado en el MUNAL.

Escandón fue arropado por el gobierno y su bancada senatorial para ser ratificado como cónsul en Miami menos de una semana después de  terminar su gobierno, en medio de una polémica por su desempeño en Chiapas. Ciertamente, no es el primer político mexicano que sale al exterior con notas negativas a su alrededor.

Pero eso no ayuda a la golpeada imagen internacional de México y no agrega mucho a la Cuatroté. Ciertamente, el "affair Borrego" no es excusable y amerita una investigación y hasta sanción si fuera el caso, pero difícilmente parece del tamaño de las dudas y problemas alrededor del señor Escandón. Aquel perdió trabajo y fue satanizado, este recibió un pase por su ineficacia.

En medio de todo queda el ninguneado Servicio Exterior mexicano profesional, que tendrá que llevar la carga del aprendizaje del Sr. Escandón como ya ha tenido que sobrellevar a otros funcionarios nombrados menos por su capacidad que por amistad o por conveniencia política.

Cierto que han habido políticos que han sido formidables diplomáticos y han servido con mucha honra a la política exterior mexicana. Pero también que en este momento del mundo y del país, lo que menos se necesita es improvisación y, en cambio, si urgen profesionales en embajadas clave y sobre todo una redefinición de los márgenes de la política exterior.

No es que se trate de abandonar principios tradicionales ni que estén fuera de lugar, sino de adecuar su práctica a situaciones que no se dieron en los últimos 70 años o a los juegos geopolíticos que se dan ahora en escalas mundiales y en los que México, a querer o no, se ve involucrado.

Pero lo cierto es que hasta el momento, por lo menos en algunas prácticas, el gobierno actual sigue aún los pasos del anterior, cuando la "Doctrina Estrada" fue desplazada por la atribuida a doña Ignacia "Güera" Rodríguez (1778-1850): "fuera de México todo es Cuautitlán".

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                                    

@CARRENOJOSE

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