Al objetivo del Gobierno de México de bajar el precio de la tortilla ya le salió un prietito en el arroz.
Ayer, el Consejo Nacional de la Tortilla (CNT) anunció que deja las mesas de negociación a través de las cuales se buscaba diseñar estrategias que fortalezcan la estabilidad de precios en el sector, en el marco del Acuerdo Nacional del Maíz y la Tortilla.
El líder del CNT, Homero López García, dijo que desde hace casi un mes presentaron un diagnóstico del sector y propuestas para estabilizar el precio de la tortilla, pero es el tiempo en que no se han tomado acciones.
Es fácil adivinar que contenía ese diagnóstico, iniciando con la violencia y las extorsiones, el aumento en los precios de los insumos y la competencia desleal, por mencionar algunos de los problemas que cada día vive la industria y que, a todas luces, no se han resuelto.
Por ejemplo, dijo López García, la Profeco ha supervisado 530 tortillerías en el país, pero no aplica el mismo rigor a los abarrotes que las comercializan en condiciones insalubres, lo que representa un grave riesgo para la salud pública.
Justo en este espacio le había comentado que no es fácil buscar negociar el precio de un alimento básico como la tortilla, sin conocer la compleja composición del mercado y de los requerimientos de unos y otros en una cadena productiva históricamente desajustada.
Si bien la industria se dijo dispuesta a colaborar con el gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, si se necesitan acciones concretas que promuevan la formalización de la cadena de la masa y la tortilla.
Además, es imperativo fortalecer el Estado de derecho, en beneficio no solo de los tortilleros, sino de otros productores, como los limoneros, aguacateros y hasta la industria pesquera, que son golpeados por el crimen organizado.
El panorama se aún torna difícil porque, de acuerdo con reportes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el precio del maíz está yendo al alza, y eso implica que se meterá presión a los precios de las harinas y, por tanto, los industriales podrían tener más argumentos no solo para no bajar el precio del alimento, sino para subirlo.
Sigue el cierre de fronteras
Otro fierro que tiene en la lumbre la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural es el tema del ingreso al país de la plaga del gusano barrenador del ganado.
El presidente de la Unión Ganadera Regional de Durango, Rogelio Soto, señaló que el precio del ganado de exportación ha bajado hasta en un 50 por ciento a raíz del cierre de las fronteras con Estados Unidos.
Precisó que un becerro de 200 kilos se pagaba a 18 mil pesos antes del cierre de las fronteras debido a los casos del gusano barrenador, sin embargo, ahora se paga en 9 mil pesos.
Otro golpe más para el sector pecuario y para la actividad económica de los estados ganaderos del país, que, tarde o temprano, pegará también a la economía nacional.
POR MARIANA OTERO BRIZ
COLABORADORA
@BRIZCOCHO
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