COLUMNA INVITADA

Ira y resentimiento

No hay ninguna novedad. Las herramientas digitales amplifican el mensaje, pero la estrategia es la misma: fijar una postura para convencer, conseguir votos

OPINIÓN

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Daniel Francisco / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Daniel Francisco / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

¿Qué ocurrió en la tribuna pública para que un empresario se pusiera los guantes de box y repartiera insultos entre sus seguidores de la red social X? ¿Qué pasó en la sociedad para que un líder amenace a otros países como si estuviera en una película de John Wayne?

No hay ninguna novedad. Las herramientas digitales amplifican el mensaje, pero la estrategia es la misma: fijar una postura para convencer, conseguir votos, polarizar, generar miedo. George Orwell en su libro Homenaje a Cataluña (retrato de la guerra civil española, 1936-39) lo ejemplificó así: “Uno de los aspectos más horribles de la guerra es que toda propaganda bélica, todo el griterío y las mentiras y el odio, provienen invariablemente de gente que no está peleando”.

Los medios tradicionales han visto mermado su poder y penetración. Ex luchadores profesionales, deportistas, artistas, cocineros y demás figuras de la farándula han creado sus propios canales de comunicación. Los filtros desaparecieron. No es sólo un editor quien evalúa la pertinencia de lo noticioso.

Las barreras se rompieron. Basta un tuit para encender los ánimos, despertar iras y resentimientos o generar conflictos. En la novela de Philip Roth, La mancha humana, el personaje principal dice que el origen de la literatura occidental, La Ilíada, inició como un pleito de cantina. Y ahora algunos líderes de la política internacional imitan esos pasos.

Los grandes diarios dejaron de estremecer a los poderosos. Aunque hay cautela, estrategias y negociaciones frente a lo que se publica, ya no les quita el sueño y mucho menos les genera pesadillas. Quedará para la nostalgia la historia de aquel par de periodistas del Washington Post que con sus palabras impresas tiraron al presidente del país más importante del mundo.

No hay día que no vea en las redes sociales, newsletter, nota, reportaje, crónica o entrevista el mismo mensaje: el periodismo cuesta, dona, apoya, colabora. Hacer periodismo de investigación, trabajar piezas que pueden tardar meses en elaborarse, tener un departamento de corroboración de datos se ha convertido en una batalla diaria; un día a la vez, una historia a la vez. El regreso de los lectores no dependerá únicamente de hacer buen periodismo.

POR DANIEL FRANCISCO

Subdirector de Gaceta UNAM
@dfmartinez74

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