La nueva anormalidad

Hoy no es un buen día

En medio de la elección presidencial en Estados Unidos y la discusión de inconstitucionalidad de la Reforma Judicial, una crónica del no optimismo

Hoy no es un buen día
Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El lector acomete este texto el 6 de noviembre de 2024 pero yo comienzo a escribirlo a las 2 de la tarde del 5, ignorante todavía de si prevalecerá en la elección presidencial estadounidense Kamala Harris o Donald Trump, y de si el pleno de la Suprema Corte de Justicia de nuestro país votará la inconstitucionalidad de la reforma al Poder Judicial o no.

Ambos procesos me interesan sobremanera. Pero temo que su resultado dé igual.

A estas alturas, el de los comicios estadounidenses habrá sido ya un final de fotografía. Incluso con un sistema electoral simplificado en el que la voz que cuenta en definitiva es la de los grandes electores, no necesito una bola de cristal para ver una noche larga, acaso sin resultados definitivos. Quien gane lo hará por un margen mínimo. Quien pierda podría haberse hecho con una apretada mayoría del voto popular.

Como sea, el país aparece –ese sí– partido a la mitad, efectivamente polarizado. De ganar Trump bien pueden anticipar los estadounidenses un cierre automático de la frontera mexicana –a saber si simbólico y temporal o de larga duración–, continuidad a la renovada penalización del aborto, amenazas efectivas al sistema de salud, al Poder Judicial, acaso a los medios de comunicación. Su derrota, sin embargo, no arroja un escenario mejor: como en la elección que perdió ante Biden, Trump difícilmente aceptará los resultados; tampoco sus seguidores más duros, que son muchos. Peor, los ánimos están más exacerbados que entonces. Gane quien gane, cuatro años de crispación parecen garantizados.

El escenario mexicano se antoja similar. Llego a este párrafo a las 4 de la tarde del 5: con argumentos técnicos, uno de los ministros de la Corte originalmente opuestos a la Reforma –Alberto Pérez Dayán– ha roto el bloque de ocho, mayoría necesaria para declararla inconstitucional. Los restantes siete buscan forzar la interpretación de la Ley, promulgada cuando el pleno se componía de nueve integrantes, para lograr que con seis baste. Se ve improbable y, de resultar alcanzable, políticamente muy costoso.

La Reforma irá, lo que politizará la justicia y removerá el último dique que nos separa de un régimen de partido único. Y aún en el ya muy remoto caso de que no fuera así, es previsible que el Ejecutivo y el Legislativo desoigan al Judicial y sometan a los ministros disidentes al juicio político de su aplanadora. Peor: en México, este asunto importa a muy pocos. Mientras escribo, los trending topics 1 a 8 en Twitter México son Madrid, Ancelotti, Milán, Champions, Ceballos, Mbappé, Endrick, Liverpool. The champions indeed, my friend.

La democracia –sus mecanismos, sus instituciones, sus valores– carecen hoy de relevancia cultural para las mayorías: eso dice el Zeitgeist aquí como allá, perdiendo o ganando.

Hoy es un mal día.

POR NICOLÁS ALVARADO

COLABORADOR

IG Y THREADS: @NICOLASALVARADOLECTOR

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