COLUMNA INVITADA

La elección en Estados Unidos: la moneda está en el aire

El partido Republicano llega optimista a la elección a pesar de que su candidato tuvo un mal desempeño en el debate en contra de Kamala Harris

OPINIÓN

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Gabriela Cuevas / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Gabriela Cuevas / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Estados Unidos acude a las urnas después de un intenso proceso electoral marcado por los atentados contra Donald Trump y del relevo demócrata en donde el presidente Joe Biden —tras un profundo desgaste— entregó la candidatura a Kamala Harris.

Si bien, la definición presidencial es por mucho la más visible, hoy se elegirá (aunque ya se emitieron millones de votos tempranos) también a 34 miembros del Senado y los 435 distritos votarán por sus congresistas; 11 estados definirán sus gobernadores, cerca de 80 por ciento renovará sus congresos estatales y algunos votarán por jueces locales, además de numerosas políticas que van a consulta.

El partido Republicano llega optimista a la elección a pesar de que su candidato tuvo un mal desempeño en el debate en contra de Harris; Trump perdió una valiosa oportunidad para vincular a su contrincante con los errores y costos que carga la administración Biden. Por su parte, Harris renueva la esperanza que el partido Demócrata había perdido en la aspiración de reelección de Joe Biden y trae consigo un apoyo significativo de las mujeres que simpatizan con su narrativa.

Las encuestas no dan certeza alguna sobre el resultado de la elección presidencial en los Estados Unidos ya que su sistema electoral tiene una estructura particular en la que el voto popular no necesariamente definirá al ganador o ganadora. Cada estado cuenta con al menos 3 representantes ante el Colegio Electoral y en función del tamaño de su población se le asignará un número mayor de electores. El partido que obtiene una mayoría —independientemente del margen que obtenga— se llevará la totalidad de los votos —salvo en Maine y Nebraska— al Colegio Electoral. La candidatura que obtenga al menos 270 de los 538 votos del Colegio Electoral ganará la presidencia de los Estados Unidos.

Es por ello que las miradas seguirán los resultados en aquellos estados que se consideran “bisagra” o “columpio”, es decir, que no tienen una marcada preferencia hacia un partido político, como son Pennsylvania, Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada, aunque durante estos días se ha mencionado que Iowa podría inclinarse en favor de Harris.

Para México, la relación con Estados Unidos es indispensable: nos unen 3 mil kilómetros de frontera, cada minuto se intercambian 1.5 millones de dólares a través de los flujos comerciales, 1 de cada 4 empleos en el país está vinculado a ello y millones de familias viven entrelazadas en ambos territorios.

En México se percibe nerviosismo, porque el posible triunfo de Donald Trump se traduzca en nuevos aranceles, deportaciones masivas y la revisión del T-MEC; incluso algunos analistas alertan sobre un posible incremento en los conflictos armados a partir de su política exterior. En contraste, hay pocas alertas en caso de que ganara Kamala Harris, como si el status quo fuese positivo para nuestro país.

La narrativa en las campañas estadounidenses tiene poca relación con la realidad: en materia comercial, Trump renegoció el T-MEC y Harris lo votó en contra como senadora; en el ámbito migratorio, Trump deportó en promedio 500 connacionales diarios, en contraste la administración Biden que las incrementó en 40 por ciento; en términos de política exterior y militar mientras Trump no inició nuevas guerras, los jóvenes estadounidenses reclaman el silencio —o la tímida voz— de la administración Biden-Harris frente a las más de 42 mil muertes palestinas.

A pesar de que no existen pronósticos claros para la futura presidencia estadounidense, la realidad es que México ya ha negociado con Trump y con Harris. Mientras allá la moneda está en el aire, en México la presidenta Claudia Sheinbaum asegura que mantendrá una relación institucional y sin subordinación con quien el pueblo de los Estados Unidos elija.

POR GABRIELA CUEVAS BARRÓN

CONSULTORA Y CONSEJERA NACIONAL E INTERNACIONAL

@GABYCUEVAS

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