APUNTES DE GUERRA

Choques de Trenes

Con lo que se nos viene encima con la elección en Estados Unidos ya tenemos suficiente para preocuparnos

OPINIÓN

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Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de México
Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Para cuando lea usted este texto, querido lector, estarán en marcha dos pares de trenes que, si chocan de frente, pueden -unos- poner de cabeza a nuestro país, mientras que los otros podrían poner de cabeza al mundo. La crisis constitucional en México y las elecciones en EEUU harán de ésta una turbulenta y preocupante semana.

Comencemos por las elecciones estadounidenses, cuyo desenlace -como ustedes seguramente ya saben- depende en realidad de los resultados en siete estados llamados bisagra, o columpio. Sí, aunque ya lo sepamos no está de más repetirlo: el “faro de la democracia” (sic y recontrasic, como diría el gran Monsiváis) no permite la elección directa de su presidente. Y si los pronósticos de las encuestadoras más serias se confirman, tendremos una disputa política y legal mucho peor que las del 2000 o del 2020.

Donald Trump no ha dejado de cuestionar los resultados de hace cuatro años, y muchos de sus partidarios parten de la base de que se le “robó” esa elección. Y bajo esa premisa, Trump se ha dedicado a sembrar dudas por doquier acerca de estas votaciones, lo cual prácticamente garantiza un conflicto postelectoral que podría tornarse mucho más violento que el de hace cuatro años. Agreguémosle que hay también numerosas quejas de organizaciones defensoras de los derechos civiles por posibles actos de supresión del voto de minorías, y tenemos la receta para una tormenta perfecta.

Un sondeo reciente del respetado Pew Research Center www.pewresearch.org ilustra lo anterior: nueve de cada diez votantes de Kamala Harris creen que las elecciones estarán bien manejadas, mientras que sólo un 57% de los simpatizantes de Trump opina lo mismo, y apenas un 38% de los trumpistas cree que los votos anticipados y por correo se contarán adecuadamente.

Y si, como es muy probable, la elección se judicializa y el conflicto llega hasta la Suprema Corte, solamente una quinta parte de todos los encuestados confía plenamente en que el tribunal supremo será políticamente neutral en sus decisiones.

Ya tendremos tiempo para analizar los posibles riesgos o beneficios para México de una presidencia de Trump o de Harris, y será importante mantener la cabeza fría y recordar que no siempre la retórica de campaña se traduce en hechos concretos, pero lo que sí es innegable es que un segundo periodo de Trump exacerbaría los peores instintos del nacionalismo estadounidense y de los grupos más abiertamente racistas y xenófobos.

Mientras tanto, en México la Suprema Corte se prepara para analizar un proyecto que busca invalidar buena parte de la reforma judicial, dejando en pie solo algunos aspectos y plantearía una crisis constitucional de magnitud incalculable.

No hace falta ser abogado para darse cuenta de que el conflicto, más que constitucional, es político, y que las partes deberían recordar que su responsabilidad va mucho más allá de lo que creen es su respectivo mandato.

Con lo que se nos viene encima con la elección en EEUU ya tenemos suficiente para preocuparnos.

POR GABRIEL GUERRA CASTELLANOS 

GGUERRA@GCYA.NET   

@GABRIELGUERRAC

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