EN CLAVE DE JAZZ

Roy Haynes: 1925-2024

Figura emblemática de la fiebre del bebop a mediados del siglo XX, el egregio baterista deja el mundo terrenal a los 99 años

OPINIÓN

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Pablo Iván Argüello / En clave de jazz / Opinión El Heraldo de México
Pablo Iván Argüello / En clave de jazz / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Figura emblemática de la fiebre del bebop a mediados del siglo XX, el egregio baterista deja el mundo terrenal a los 99 años.

Nacido en la ciudad de Boston, en Roxbury, Roy Haynes tuvo la fortuna de crecer en un estimulante entorno musical. Su padre (proveniente de Barbados) ejecutaba el órgano y solía cantar en iglesias locales. Sus hermanos también fueron una fuente de inspiración en su quehacer. Dos de ellos destacan. En primer lugar, se encuentra Douglas Haynes, en su rol como destacado trompetista tocando con una las primeras mujeres afroamericanas en dirigir una gran orquesta: Blanche Calloway. Por otra parte, Vincent Haynes, fungió como co-fundador de la Sociedad de Jazz de Boston.

Fue hacia la adolescencia cuando Roy comenzó a profundizar en el estudio de la batería. Con el tiempo, su talento llamó la atención de diferentes artistas. Tal fue el caso del legendario pianista panameño Luis Russell, quien lo integró a su afamada orquesta, gracias a la recomendación del saxofonista Charlie Holmes, por lo cual se mudó a la ciudad de Nueva York a los 20 años de edad.

A partir de ese momento su carrera despuntó hacia el olimpo del jazz. Colaboró con diosas y dioses de la síncopa como Sarah Vaughan, Lester Young, Charlie Parker, Miles Davis, Bud Powell, Sonny Rollins, Thelonious Monk, Eric Dolphy, Andrew Hill, John Coltrane, McCoy Tyner, Pharoah Sanders, Paul Chambers, Michel Petrucciani, Chick Corea, Pat Metheny, y un largo etcétera.

Grabó una treintena de discos como líder para renombradas compañías, tales como Impulse, Sowing Records, Nagel Heyer Records, Francis Dreyfus Music, sólo por nombrar algunas. En pleno siglo XXI, fundó el grupo Fountain of Youth, el cual congregaba a músicos de diferentes generaciones.

Recibió numerosos premios a lo largo de su carrera por parte de la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos y otros reconocimientos alrededor el mundo; destacan el Chevalier de l'Ordre des Arts et des Letttres en Francia y el premio Jazzpar en Dinamarca.

A su muerte, acaecida el pasado 12 de noviembre, su perseverancia y visión como músico-instrumentista lo encumbra como una leyenda del jazz moderno. Vuela alto, Roy…

¡Hasta la próxima jazzofilos!

POR PABLO IVÁN ARGÜELLO

COLABORADOR

@antropologojazz

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