El jueves pasado, en la Cámara de Diputados, se aprobó una reforma al artículo 21 que tiene que ver con seguridad y en donde, por unanimidad parlamentaria (441), se decidió que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, tuviera la mayor concentración de poder, la potestad en la investigación de delitos, así como implementar la prisión preventiva.
Con esta aprobación se mandaron varios mensajes, el primero de ellos es que con el tema de seguridad ningún partido de oposición querrá llevar la contraria; dos, que el titular de la SSPC goza de toda la confianza de la presidenta; tres, que se acabaron los abrazos.
Ya con las nuevas atribuciones, es decir, con “todas las de la ley”, García Harfuch realizó un operativo en el Estado de México para “limpiar” a algunos municipios de sus autoridades que estaban corruptas por el crimen organizado, particularmente por la Nueva Familia Michoacana.
En el operativo llamado “Enjambre” cayeron María Elena “N”, Presidenta Municipal de Amanalco; Armando “N”, Director de Seguridad Pública de Amanalco; Rodolfo “N”, Director Operativo de Seguridad y Prevención Ciudadana de Ixtapaluca; Omar “N”, Subdirector de Seguridad Ciudadana de Naucalpan; Eraclio “N”, Director de Seguridad del municipio de Tejupilco; Ellery Guadalupe “N”, Director del DIF municipal de Tonatico y esposo de la presidenta de dicho municipio y Roberto “N”, Jefe de Región de la Dirección de Seguridad de Ixtapaluca; además del suicidio, momentos antes de su aprehensión, de Isidro “N”, Director de Seguridad Ciudadana de Texcaltitlán.
Es de celebrar que el Operativo Enjambre haya tenido éxito gracias a la investigación previa que hicieron de las autoridades implicadas, de su entorno y de su relación con la NFM, un mensaje contundente para el resto de los municipios del país, pues no es secreto para nadie que en este nivel de gobierno es donde más prevalece la ausencia del Estado y donde las autoridades las coloca y maneja a su antojo el poder fáctico número uno en el territorio nacional.
Otra cuestión para resaltar es que dichos funcionarios detenidos pertenecen a distintos partidos, Movimiento Ciudadano, Morena, PAN-PRI-PRD, lo que desmonta alguna versión de una vendetta política por parte del secretario y de las huestes morenistas.
Ahora bien, aún no se pueden echar las campanas al vuelo, pues en el pasado ya hemos tenido estos operativos grandilocuentes donde se festeja con bombo y platillo el deceso o arresto de algún capo local y después de unos días todo sigue como antes del operativo, una muestra de ello fue el “michoacanazo” realizado hace dos sexenios.
El reto para Sheinbaum Pardo y, sobre todo, para García Harfuch es seguir con los trabajos de inteligencia, coordinación y ejecución para llegar a cada municipio del país y desenquistar ese tumor maligno que tan arraigado está en los ayuntamientos y sus dirigentes.
Así, con la reforma al artículo 21 y la puesta en marcha de la Operación Enjambre, la presidenta se aleja de la “estrategia” de seguridad de su antecesor y promete realizar acciones reales para la pacificación del país. Aún faltan entidades federativas con esta problemática, pero con mayor profundidad, como Sinaloa, Michoacán, Jalisco, Morelos, Guerrero, Chiapas…y el debilitamiento a otros cárteles con distintas dinámicas y controles. La tarea no es nada fácil; sin embargo, se tiene que hacer para brindarle paz y tranquilidad a millones de mexicanas y mexicanos.
POR ADRIANA SARUR
COLABORADORA
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MAAZ