COLUMNA INVITADA

La Inteligencia Artificial (IA) y el Desarrollo de los Monopolios

Urge legislar en la materia para lograr una protección más robusta y actualizada de nuestros datos

OPINIÓN

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Hilda Nucci / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Hilda Nucci / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Una de las preocupaciones del uso de la Inteligencia Artificial (IA) son sus implicaciones éticas y legales, pero a su vez, lo rápido que ésta ha reestructurado el rumbo de varias industrias, tal es el caso de la manufactura, del transporte, la salud, la educación, la automatización robótica y en particular los servicios financieros y profesionales. Esto se debe al crecimiento acelerado de la tecnología y la capacidad de la IA en el manejo de los datos. 

Esta tendencia ha propiciado la creación de monopolios específicamente en las áreas de desarrollo y acceso a la tecnología. En la actualidad gigantes como Google, Amazon, Meta, Microsoft y OpenAI, cuentan con una gran capacidad para el procesamiento de datos a fin de optimizar sus modelos de IA. Empero, ello representa una ventaja competitiva y de innovación respecto a las medianas y pequeñas empresas que podría derivar en la creación de tecnologías no probadas que atenten contra nuestros derechos, en concreto la privacidad, la intimidad, la libertad cognitiva y la protección de los datos. 

Ahora bien, los principales factores que favorecen la creación de este tipo de monopolios son: a) el acceso a un gran volúmen de datos sin una adecuada protección; b) la alta inversión en infraestructura, por ejemplo, Microsoft y OpenAI han invertido alrededor de 100.000 millones de dólares para avanzar en el desarrollo de la IA a través del modelo denominado GPT-5; c) las economías de escala, es decir, las grandes corporaciones ofrecen modelos de IA a menores precios y mucho más competitivos que las demás empresas; d) el desarrollo de los derechos de propiedad industrial sobre las patentes y los copyrights, dado que estos podrían bloquear la competencia, o sea, los citados gigantes tecnológicos acapararían el mercado con las tecnologías más avanzadas y éstas no se podrían desarrollar sin su autorización.

La Unión Europea (UE) es pionera en la regulación de este tipo de concentración de poder, pues ha promulgado la Ley de Mercados Digitales (DMA) y la Ley de Servicios Digitales (DSA), ambas para regular y frenar las prácticas anticompetitivas. También, legisló el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y la recién Ley de IA de la UE, en donde se introducen reglas más estrictas sobre el procesamiento y recopilación de los datos. Asimismo, recientemente China, la Unión Africana y Estados Unidos han implementado medidas rigurosas para la transparencia, no discriminación y seguridad en el desarrollo de la IA.

En México, “Endeavor” estima que hay alrededor de 362 empresas dedicadas a la IA; sin embargo, hoy no se tiene una legislación que proteja los derechos fundamentales frente a su uso. Por ello, urge legislar en la materia para lograr una protección más robusta y actualizada de nuestros datos, pues estos son el combustible para que la IA funcione. Además, se debe regular la competencia a partir de un entorno más equitativo y accesible para todos los actores del mercado.

POR HILDA NUCCI

COLABORADORA

@HILNUCCI

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