La reciente participación de la presidenta Claudia Sheinbaum en la Cumbre del G20 celebrada en Brasil, es un hecho crucial en la política exterior de México.
El evento representa el debut de nuestra presidenta en un foro internacional, pero también, simboliza un cambio significativo respecto a la conducción de la política exterior por parte de nuestro ex presidente, quien se sentía más cómodo no estando en las vitrinas mundiales, sin que ello significará el aislamiento internacional de nuestro país, aunque se reconoce que, muy probablemente su presencia hubiera generado mejores y más dividendos para el país.
La presidente Sheinbaum no solo asiste, sino que tuvo una participación activa con propuestas innovadoras, comenzando así a delinear una nueva narrativa para México en el escenario global.
Varios aspectos destacaron, uno de los más visibles dada las circunstancias mundiales fue su propuesta de destinar el 1% del gasto militar global a programas de reforestación. La iniciativa, inspirada en el programa "Sembrando Vida" implementada en México durante la pasada administración y que se extendió a Centroamérica, se hizo pensando en mitigar el cambio climático y al mismo tiempo, combatir la pobreza mediante la generación de empleos en comunidades rurales. Al plantear la idea ante líderes mundiales, Sheinbaum no abordó cuestiones ambientales críticas, y posicionó a México como un líder serio en materia de sostenibilidad y justicia social.
Haber dicho de manera pública, en un evento con tanto peso, que el gasto militar ha crecido desproporcionadamente en comparación con los recursos destinados a combatir la pobreza y el cambio climático, hacer ver de qué está hecha la presidenta Sheinbaum.
Su propuesta, es a la vez una crítica generalizada, que muchos piensan, pero nadie se atreve a decirla, y por eso resuena profundamente en un mundo donde 700 millones de personas viven por debajo del umbral de pobreza. Con lo puesto sobre la mesa, la Dra. Sheinbaum está llamando a reflexionar sobre las prioridades globales.
La cumbre también ofreció a la presidenta Sheinbaum la oportunidad de reunirse con Joe Biden, Emmanuel Macron y Justin Trudeau. Encuentros que desde mi punto de vista son fundamentales para fortalecer las relaciones diplomáticas y comerciales de México con, pero la reunión con Biden, en particular, fue la más importante debido a los temas tan importantes y críticos que abordaron: migración, seguridad y economía. Lo fructifero de la reunión es que ambos líderes reafirmaron su compromiso de trabajar juntos para enfrentar desafíos comunes, y esto es esencial para la estabilidad y prosperidad de la región.
Un punto relevante de la conversación fue la de establecer canales eficientes para compartir información sobre el crimen organizado y los esfuerzos de ambos países. Pienso que esto es una muestra de la determinación de México y de EUA no solo de combatir los grupos delincuenciales, sino de estrechar la cooperación bilateral en este ámbito, porque la transparencia y la colaboración en este tema, son vitales para superar los problemas complejos que enfrentamos como región.
La participación de la presidenta Sheinbaum en el G20, debe ser vista también desde la óptica de las implicaciones positivas para México. Por ejemplo, su presencia y propuestas innovadoras refuerza el rol internacional de México y nos colocan nuevamente en el mapa internacional tras años de ausencia. Esto podría derivar en la atracción de inversión extranjera y la apertura de oportunidades para la cooperación internacional.
La propuesta de reforestación por su lado, no es únicamente para mitigar el cambio climático, sino también para restaurar el tejido social al ofrecer empleo a comunidades rurales. Un enfoque integral que puede ser un modelo replicable en otros países.
El fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos y otros países del G20 puede traducirse en beneficios económicos significativos. Las discusiones sobre migración y seguridad son especialmente relevantes dado el contexto actual, como lo es el reestablecimiento del diálogo bilateral, de manera directa.
Al abordar temas críticos como el cambio climático y la pobreza, la presidenta Claudia Sheinbaum empieza el posicionamiento de México, como un liderazgo serio en iniciativas sociales y ambientales. Lo que mejorará la reputación internacional de nuestro país y, facilitará futuras negociaciones.
Ahora bien, a pesar del optimismo generado por su participación en el G20, la Dra. Sheinbaum aún enfrenta desafíos significativos. Por un lado la relación con Estados Unidos que siempre ha sido compleja, sobre todo en temas relativos a la migración y la seguridad. La inminente llegada de un nuevo gobierno estadounidense podría significar la complicación de esta dinámica. Es por ello que, pienso, es crucial que la Dra. Sheinbaum mantenga una postura de firmeza pero flexible, y asegurar que los intereses mexicanos serán defendidos adecuadamente.
Por otro lado, la implementación efectiva de sus propuestas dependerá no solo del apoyo internacional sino también del compromiso interno para abordar las desigualdades sociales y económicas que persisten en México. La capacidad del gobierno para traducir estas iniciativas en acciones concretas, por supuesto que determinarán su éxito.
Sumado a lo anterior, es importante reconocer que la Cuarta Transformación se enfrenta a retos históricos, retos que necesitan más que buenas intenciones; requiere acciones concretas que transformen las estructuras económicas y sociales del país. La participación activa de la Dra. Claudia Sheinbaum es un paso positivo y hacia adelante, pero no debemos verla como el fin en sí mismo.
Los ideales progresistas deben materializarse en políticas efectivas que beneficien a todos los mexicanos. La atención ahora estará enfoncada en cómo estas iniciativas serán implementadas dentro del contexto político interno y cómo navegará las complejidades de las relaciones internacionales. Si la presidenta logra equilibrar estos factores, podría transformar la imagen de México ante el mundo, y también, mejorar significativamente las condiciones sociales y económicas dentro del país.
Así pues, la participación de la presidenta Claudia Sheinbaum en la Cumbre del G20 es una oportunidad única para redefinir la política exterior mexicana y fortalecer su posición en el ámbito internacional, principalmente bilateral. A través de propuestas audaces y un enfoque proactivo hacia las relaciones bilaterales, la Dra. Sheinbaum está sentando las bases para un futuro más colaborativo y sostenible.
POR: JORGE ARGÜELLES VICTORERO
COLABORADOR
@JORGEARGUELLESV
MAAZ