La inclusión financiera es un pilar fundamental para el desarrollo económico y social incluyente de cualquier país. En colaboración con grandes autoridades en el tema como Sergio López Ayllon, Alejandra Cullen, Pablo Pruneda, Pedro Salazar y Víctor Carreón, tuve el privilegio de contribuir al estudio “Hacia una Política Pública para la Inclusión Financiera”. Este documento no solo analiza la realidad de la inclusión financiera en México, sino que también propone fórmulas concretas para enfrentar sus desafíos y maximizar sus beneficios económicos.
El punto de partida fue entender el estado actual de la inclusión financiera en México, identificando que, pese a una alta penetración de smartphones y acceso a internet, el avance ha sido limitado.
Este estancamiento refleja un problema importante: si existe la infraestructura necesaria para el cambio y voluntad de aceptación por parte de una gran parte de la sociedad, ¿por qué entonces no mejora la penetración de servicios financieros en el país? ¿Por qué, en un país como Brasil, con condiciones demográficas similares, se lograron superar obstáculos en esta materia?
El estudio se enfoca en las soluciones para esta disyuntiva. Principalmente, reconoce que las plataformas de finanzas digitales tienen un gran potencial para impulsar la inclusión financiera en México. La Comisión Federal de Competencia Económica recientemente publicó un estudio en el que coincide con este diagnóstico. Estas empresas ofrecen servicios innovadores y accesibles a través de plataformas digitales, lo que facilita la participación en el sistema financiero de personas que tradicionalmente habían estado excluidas. Por ejemplo, en el caso de emisión de nuevas tarjetas de crédito, 19% de las personas usuarias de las empresas digitales estaban no bancarizadas, 48% estaban sub-bancarizadas, y sólo 33% estaban plenamente bancarizadas.
¿Qué puede entonces hacer México para aprovechar el potencial de la digitalización financiera? Primero, es fundamental que México promueva un entorno regulatorio que fomente la innovación y la competencia, al tiempo que garantice la protección de los usuarios y la estabilidad del sistema.
Facilitar la participación y el crecimiento de más actores digitales es clave para reducir el retraso en inclusión financiera y construir un sistema financiero más accesible, seguro y con calidad para todos los mexicanos. La transición de actores como Nu México, Mercado Pago y Finsus para convertirse en bancos en el corto plazo, marcará un cambio significativo en el sector financiero, al ampliar la gama de productos que podrán ofrecer y mejorar sus condiciones para los usuarios. La expectativa es que algunas de estas licencias para bancos digitales se otorguen en las próximas semanas, lo que sin duda sería una gran noticia para la inclusión en el país.
Algunas Fórmulas para Impulsar la Inclusión Financiera
Otras de las soluciones propuestas por el estudio que plantean un enfoque disruptivo pero viable, y son dignas de destacar:
Facilitar el onboarding digital: Permitir que ciertos productos financieros sean accesibles a través de tecnologías más fáciles de usar para incluir a poblaciones en zonas rurales o desconectadas.
Integración de modelos innovadores: Iniciativas como el open finance, banking as a service para ciertos productos financieros básicos como cuenta de ahorro y el fintech as a service ofrecen una oportunidad única para crear un ecosistema financiero más inclusivo y competitivo.
Programas sociales como catalizadores: Incorporar la inclusión financiera como eje de las políticas sociales puede ser un puente directo para cerrar brechas, especialmente cuando los incentivos están alineados con los objetivos de digitalización y educación financiera.
Como conclusión habrá que reconocer que, el camino hacia un México más inclusivo en materia financiera es por la vía digital.
El estancamiento en la inclusión financiera no es un problema sin solución. Al contrario, con un enfoque integral y la colaboración entre sector público y privado, México tiene el potencial de convertirse en un ejemplo de éxito.
La clave está en proactivamente construir un entorno que promueva un marco seguro pero habilitador para estas plataformas, a través de otorgar las licencias necesarias para que puedan seguir transformando de forma responsable la realidad de millones de mexicanos.
La inclusión financiera no es solo una meta, es un compromiso con el futuro.
POR ALVARO VÉRTIZ
SOCIO DGA GROUP
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