Comencemos diciendo que el Narcisismo visto desde la psicopatología, es un trastorno de la personalidad caracterizado por la presencia de conductas de grandiosidad y superioridad, con las que la persona que lo vive, busca camuflar la dificultad para regular su autoestima en momentos, en que las cosas no salen como lo desea, ante las críticas y los fallos y que solo logra satisfacer su necesidad de afirmación al conseguir admiración, aplauso y elogio repetitivo, además experimenta una seria dificultad para mostrar empatía ante las dificultades de los demás, encerrándose en su burbuja y buscando conseguir su propio placer aún y cuando esto represente perdida y dolor para las personas con las que se relaciona.
Digamos que a una persona que vive con trastorno narcisista de la personalidad, le acomoda perfectamente el dicho que dice: De que me duela a mí, a que le duela a mi abuelita, pues mejor que le duela a mi abuelita.
Dicho lo anterior es lógico pensar que el narcisismo es malo, pues una de las consecuencias es la de no permitir a la persona establecer relaciones de confianza e intimidad, la persona que experimenta trastorno de la personalidad narcisista, tras bambalinas y en momentos de vulnerabilidad se vive solo y enojado, una de sus paradojas es no saber en quien confiar, pues claramente el/ella se sabe no confiable.
El narcisismo pues, es una necesidad innata del ser humano, lo usamos en momentos de vulnerabilidad, de dependencia y crisis, por ejemplo: (Después del nacimiento, un accidente, una perdida, un fracaso escolar, laboral, profesional, económico, etc.) Nos permite aislarnos, ofreciéndonos un tiempo para asimilar y aceptar la situación, darnos cuidado y cariño y así buscar nuestras propias alternativas de solución y cuando no logramos enfocarnos solos, nos fortalece y abre la posibilidad de pedir y recibir apoyo, cuidado y cariño, posibilitando así una rápida y eficaz salida de las crisis y la vulnerabilidad, potenciando en ello el crecimiento, el desarrollo de nuestras capacidades, fortalece la empatía y confianza en nosotros mismos, las personas que nos rodean y nuestro mundo.
Imagina por ejemplo un momento crítico que hayas experimentado, ¿cómo viviste el primer momento de soledad?, ¿recuerda cómo lograste salir de dicha situación?, ¿quién te apoyo?, ¿de qué manera lo hizo?, ¿cómo recibiste dicho apoyo?, ¿cuánto tiempo te llevó ver una luz después del túnel? y ¿cómo, dicha experiencia trajo nuevos aprendizajes para que hoy estes viviendo lo que vives?
Recuerda el narcisismo bien entendido, nos permite cuidarnos, protegernos, valorarnos, reconocer nuestros atributos positivos, pedir y recibir apoyo, además de establecer relaciones de confianza y reciprocidad.
Por María Isabel Romero López
Maestra en Psicología Clínica Integrativa