DESDE AFUERA

Sheinbaum en el G20

Los primeros movimientos internacionales de la presidenta Claudia Sheinbaum envían un mensaje mixto, uno de un renovado activismo político externo

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Los primeros movimientos internacionales de la presidenta Claudia Sheinbaum envían un mensaje mixto, uno de un renovado activismo político externo, mientras se preservan algunos conflictos que desde un principio parecieron innecesarios y no ayudaron a la posición del país.

La mandataria mexicana inicia su gobierno con la ausencia de la Cumbre de la Alianza del Pacífico en Perú, pero con asistencia a la reunión del G20 en Brasil.

En cierta forma, no es de extrañar la decisión mexicana de estar parcialmente ausente de la reunión cumbre del grupo de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC), que se desarrolla en Lima.

Asistieron media docena de presidentes, incluso de Estados Unidos, Joe Biden (saliente, pero aun mandatario); de China, Xi Jinping, Chile, Corea del Sur, Indonesia, y Vietnam, así como varios primeros ministros, incluso los de Canadá, Justin Trudeau, de Singapur, Nueva Zelanda, Tailandia y Malasia, así como representantes de Rusia y Hong Kong.

La ausencia puede ser explicable dado que la presidenta asumió el puesto apenas hace seis semanas, pero dejó la impresión de que aún rige el veto del ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador por lo que él considera fue un golpe de Estado del Congreso contra su amigo Pedro Castillo, que se preparaba a disolver al Legislativo el 19 de octubre de 2022. 

Lastimosamente, no hubo una reacción similar ante el fraude electoral cometido por el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, aunque hay que hacer notar que parece un problema común a una parte de la izquierda regional, como puede atestiguar el Grupo de Puebla y su obstinado silencio en la materia a pesar de que tres de sus más importantes miembros, los presidentes Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia) y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, chocan ya con Maduro y de paso su compadre, el nicaragüense Daniel Ortega.

A cambio, la idea de asistir a la reunión del G20, donde puede encontrarse con varios de los mismos gobernantes que estuvieron en Lima, establece un contraste que de convertirse en tendencia podría ser saludable para la posición internacional de México, y de momento  no implica reales cambios en la política sino en el estilo. 

Algunas fuentes hablan ya sobre las posibilidades de un encuentro entre la presidenta Sheinbaum y el virtual presidente electo estadounidense Donald Trump, que podría darse a partir del 17 de diciembre, cuando Trump sea declarado formalmente mandatario electo y ciertamente después del 20 de enero de 2025, cuando asuma el puesto. 

En el pasado, hubo encuentros entre presidentes electos y mandatarios en el poder, como  reconocimiento de la importancia de la relación bilateral y regional, y aunque una reunión con Trump se plantea como un evento difícil, dada la retórica del nuevo gobernante estadounidense, tampoco puede ni debe evitarse.

Aunque la cancelación de una visita oficial o de trabajo, como hizo Enrique Peña Nieto con el propio Trump, puede ser una declaración política.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                                 

@CARRENOJOSE

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