COLUMNA INVITADA

Ken, el embajador metiche

Carece de formación y experiencia necesarias para desempeñarse como embajador, es evidente

OPINIÓN

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Víctor Hugo Romo de Vivar Guerra / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Víctor Hugo Romo de Vivar Guerra / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El todavía embajador de los Estados Unidos en México, Ken Salazar, hizo el ridículo y quedó mal por todos lados tras sus críticas a un expresidente que ya no está en funciones.

El estadounidense, originario de Colorado, cometió un acto de cobardía al no haberle dicho en su momento y en su cara, cuando estaba en funciones López Obrador, lo que pensaba de su estrategia de seguridad. 

¿Por qué no se lo dijo cuando todavía era presidente AMLO? Seguramente porque sabía que la respuesta del mexicano sería contundente, como lo fue cuando puso a Ken en pausa, luego de que el norteamericano dijera que veía con preocupación la Reforma Judicial.

Criticar a alguien que ya se retiró de la vida pública y que no puede responder, deja muy mal parado a Ken Salazar, porque denota una pésima educación y, en sentido estricto, su absoluta falta de diplomacia.

Además, el embajador recriminó públicamente que AMLO no aceptara 32 millones de dólares del gobierno de Estados Unidos, supuestamente destinados a fortalecer la seguridad y combatir el narcotráfico. Sin embargo, es bien sabido que estos “donativos” no son altruistas. Los estadounidenses suelen utilizarlos como herramientas para inmiscuirse en los asuntos internos de los países que los reciben.

Ken también erró en el tono y el lenguaje utilizados para dirigirse a México, su vecino y principal socio comercial. Un embajador debe construir puentes, no dinamitarlos. 

Su papel no es entrometerse en la vida interna de una nación. Y menos aún, viniendo de un país cuya estrategia contra el consumo de drogas ha fracasado desde 1971. A pesar de invertir trillones de dólares, Estados Unidos sigue siendo el mayor consumidor de estupefacientes del mundo.

Por eso, la Secretaría de Relaciones Exteriores respondió con una nota diplomática, expresando su extrañamiento por las ofensivas declaraciones de Ken Salazar.

La presidenta Claudia Sheinbaum también abordó el tema en su conferencia matutina, señalando la incongruencia del embajador, a quien comparó con “La Chimoltrufia”, el personaje que “como dice una cosa, dice otra”.

Sheinbaum dejó claro que México es un país libre, soberano e independiente.

Reiteró que, aunque la relación con Estados Unidos se basa en la cooperación y el diálogo, no hay ni habrá subordinación.

México y Estados Unidos comparten una frontera de más de tres mil kilómetros, cultura, comercio y problemas. Pero estos desafíos se deben resolver con respeto mutuo y bajo la premisa de igualdad entre dos soberanías.

Es evidente que Ken Salazar carece de la formación y experiencia necesarias para desempeñarse como embajador. Antes de este cargo, su carrera se centró en el derecho y el servicio público. Fue fiscal en Colorado, senador en Washington y secretario del Interior en el gobierno de Barack Obama.

La diplomacia, sin embargo, no es su fuerte. Sus declaraciones erráticas y antidiplomáticas, lo confirman.

Con este penoso episodio, Ken Salazar se despide de México y, probablemente, del ámbito diplomático. Un ámbito en el que, por su falta de tacto y criterio, nunca debió estar.

POR VÍCTOR HUGO ROMO DE VIVAR GUERRA

DIPUTADO DE MORENA EN EL CONGRESO DE LA CDMX

@VROMOG

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