El pasado 14 de octubre, los economistas Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson recibieron el Premio Nobel de Economía. En particular, uno de los libros escritos por Acemoglu y Robinson, Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza, fue usado para criticar a la 4T.
Hay que recordar que este libro fue publicado en el año 2012, y ubica a México, como un país con incentivos mínimos para el desarrollo de su sociedad. Esta situación fue el sello distintivo de los gobiernos neoliberales, no el sello personal de gobernar de la 4T. Entre las reflexiones que los Premios Nobel refieren para reducir la desigualdad, sugieren el desarrollo de instituciones que ofrezcan seguridad para la “propiedad privada”,[1] es decir, el derecho humano a una vivienda digna.
El Derecho Internacional, en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y en el artículo 11.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 reconocen el derecho a una vivienda adecuada como un derecho humano para toda persona.[2] En lo nacional, el artículo 4to de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala que “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”. ¿Qué hará al respecto la Doctora Claudia Sheinbaum? Construirá un millón de viviendas nuevas a lo largo de su mandato.
Derivado del Proyecto de Nación 2024-2030, descrito en los “100 pasos para la Transformación” del segundo piso de la 4T, y con base en el Programa de Vivienda y Regularización,[3] la política pública en materia de vivienda, tendrá la siguiente distribución y proyección: 325,000 viviendas para la Región Sur (Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán); 239,400 viviendas para la Región Centro (Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala); 228,800 viviendas para la Región Centro-Norte (Aguascalientes, Baja
California Sur, Colima, Durango, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí,
Sinaloa y Zacatecas), y 206,800 para la Región Norte (Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas). Se prevé una inversión aproximada de 600 mil millones de pesos.
Para la consecución de la política de la vivienda. El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), planea quinientas mil viviendas nuevas con una inversión de 288 mil millones de pesos, -para la población derechohabiente-. Por su parte, la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI), planea quinientas mil viviendas nuevas con una inversión de 285 mil millones de pesos, -para la población no derechohabiente-.
Además, la puesta en marcha de esta política proyecta un efecto positivo para el empleo. Se estiman 6.1 millones de empleos directos y 9.2 millones de empleos indirectos. Se esperan 165,000 viviendas nuevas para el 2025.
A modo de corolario, a pesar de las expresiones en contra del incipiente gobierno de la Doctora Sheinbaum, el derecho a la vivienda entre otros incentivos sociales ya es una realidad.
[1] Acemoglu, D., & Robinson, J. (2012/2015). Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza. México: Debate. Pág. 96.
[2] https://www.ohchr.org/sites/default/files/Documents/Publications/FS21_rev_1_Housing_sp.pdf
[3] https://www.youtube.com/watch?v=ir8GE6tQ60U&list=PLQMTy9WNfDrs9Hpn_klIXdgI3TVLOT _JN&index=14
POR DIANA LÓPEZ ZURITA
PAL