Si, México vive un momento histórico: por primera vez, una mujer asume la Presidencia de la República. Claudia Sheinbaum se convierte en la primera presidenta en dirigir el país y su mandato es, sin duda, un avance simbólico hacia una sociedad más equitativa e inclusiva, sin embargo, el simbolismo no es suficiente, llegó ella, pero no, no llegaron todas.
¿Con la primera presidenta de México, por fin se volteará a ver a las y los niños de México, o seguirán olvidados porque no son un objetivo electoral? ¿ Por fin se hará hasta lo imposible por detener la trata de niñas y niños? ¿A las madres buscadoras se les hará justicia o seguirán siendo descalificadas? ¿Año tras año se seguirá castigando a las mujeres en el PEF? ¿Las estancias infantiles que beneficiaban a millones de madres, regresarán? ¿La mayoría calificada que se agandallaron en ambas cámaras, por fin destrabará el sistema de cuidados que tanto necesitan las mujeres mexicanas? ¿Las miles de mujeres que nos manifestamos cada 8M seguiremos siendo recibidas con vallas y gases lacrimógenos? ¿Habrá fiscalías especializadas con suficiente presupuesto que le hagan justicia a las mujeres victimas de violaciones, acoso y/o cualquier tipo de violencia? ¿Por fin se actuará para evitar que asesinen a 11 mujeres todos los días por el simple hecho de ser mujeres? Por fin la vida de esas millones de mujeres cambiará o sólo les tocará recoger los pedazos del techo de cristal que Claudia Sheinbaum rompió?
Lo peor que le podría pasar a la Presidenta, es que su mayor objetivo sea guardar el legado de un hombre. Ella debe construir su propio legado, el cual no sólo se definirá por ser la primera presidenta, sino por los logros que alcance en beneficio de las y los mexicanos. La presidenta debe sentar las bases para una nueva forma de gobernar, una que no esté marcada por la confrontación y el antagonismo, sino por el diálogo y la construcción colectiva.
La Presidenta ya gobernó la Ciudad de México, ella sabe que a las mujeres les importa poco si quien gobierna es un hombre o una mujer, Sheinbaum tiene la oportunidad y la obligación de demostrar que la igualdad de género no sólo se trata de ocupar cargos, sino de liderar y gobernar con empatía, independencia y valentía. Tiene en sus manos la oportunidad de transformar a nuestro país en una nación en paz, con oportunidades para todas y todos, con menos desigualdad, con más justicia social, con menos corrupción, con menos división y más solidaridad; se trata de crear un México mejor para todas y todos, empezando por nuestras niñas y niños que tanto lo necesitan.
La Presidenta Claudia Sheinbaum tiene la obligación de hacer historia por mucho más que sólo por ser la primera mujer Presidenta. Desde el Senado de la República y desde la Secretaría de Mujeres de Acción Nacional, mi posición siempre será para sumar y construir cuando sea lo mejor para México, pero señalaré con firmeza todo aquello que sea un retroceso o un peligro para el bienestar de las y los mexicanos, en especial, para nuestras niñas y niños.
Laura Esquivel Torres
Secretaria Nacional de Promoción Política de la Mujer en el CEN del PAN y Senadora de la República