LA ESCENA EXPANDIDA

Potente y emotiva obra digital, “Jíbaro”, de Alberto Mielgo

Decía Martha Graham que cuando la palabra es insuficiente, está el movimiento, o mejor, la danza. Y es así como inicia “Jíbaro”, bajo la tesis de que es la danza la que contará la historia del cortometraje

OPINIÓN

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Juan Hernández / La escena expandida / Opinión El Heraldo de México
Juan Hernández / La escena expandida / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Una de las piezas artísticas realizadas para la plataforma digital se encuentra en la serie Love, Death & Robots; se trata del capítulo noveno de la tercera temporada: “Jíbaro”, dirigido por Alberto Mielgo (Madrid, España,1979), y la banda sonora inmersiva del DJ Killawatt.

En la creación de esta obra de animación realizada con tecnología sofisticada, participaron 72 creadores, entre ingenieros, bailarines, actores, animadores, diseñadores y coreógrafos.

Mielgo, ganador del Oscar al Mejor Cortometraje Animado, en el 2022, por The Windshield Wiper, se propuso hacer un cortometraje que se refiriera a las relaciones tóxicas de pareja.

En Jíbaro dos personajes: El caballero conquistador sordo, y La Sirena (un híbrido de la mitología de Europa del este y La Odisea de Homero) y que destruye con el sonido de su voz a los caballeros con armadura que han llegado a profanar su tierra, se entrelazan por medio de un vínculo que en el que se desbocan pasiones como el amor, la avaricia, la ambición, el desenfreno, el deseo, la traición, el dolor y la pureza.

La trama es importante toda vez que una de las tesis que podemos intuir en la búsqueda del director de esta pieza digital es la intención de comprobar que, a través de la animación, una puesta en escena para la plataforma digital y el uso de Inteligencia Artificial, entre otras tecnologías, se puede activar la capacidad emotiva del espectador.

El director recurre a la danza como disciplina fundamental para la creación escénica del cortometraje. La coreógrafa Sara Silkin, a la cabeza del proyecto de movimiento de la pieza digital, pone en operación una visión multidisciplinaria, sin embargo, deja en claro el poder del movimiento para expresar con eficacia las pasiones que exige la puesta en escena.

Decía Martha Graham que cuando la palabra es insuficiente, está el movimiento, o mejor, la danza. Y es así como inicia “Jíbaro”, bajo la tesis de que es la danza la que contará la historia del cortometraje, sin que la trama pierda sentido o, aún mejor, potenciando la emocionalidad de esta.

Los bailarines que trabajan con Sara Silkin se comprometen con la obra, por medio de una interpretación profunda y, paradójicamente, orgánica, toda vez que el resultado final es una obra virtual para la plataforma de Internet.

“Jíbaro” es una obra de arte digital, que cumple con amplitud las necesidades de un público ávido de nuevas propuestas escénicas. Colocada en la Red, la pieza ha sido vista en todo el mundo, por millones de espectadores.

La danza se ha colocado, con esta pieza, en el mainstream de la producción digital, que es una de las formas de producción fundamentales de la actualidad en el mundo.  

La pieza no es entretenimiento banal; hay en “Jíbaro”, elementos simbólicos, así como están las pasiones que le dan fuerza a la tragedia como género actualizado, y también se realza el papel protagónico de la tecnología puesta al servicio del arte.

Alberto Mielgo estrenó este capítulo en 2019 y desde entonces “Jíbaro” ha tomado vida propia. Camina y se engrandece. Su descubrimiento por más y más cibernautas, que se maravillan ante esta historia que es contada a través de esa danza de la muerte, en la que los personajes se relacionan entre sí, a través de lo que a cada uno le seduce del otro.

Ninguno es bueno ni malo, son víctimas de sus debilidades. Los dos pierden, entrelazados en esa vorágine violenta, sangrienta, que lleva a uno de ellos a la muerte, y a la otra, personaje mitológico, a ser desollado por tener como piel piedras preciosas y oro.

Es gracias al trabajo de los bailarines (humanos), que los personajes animados logran dar en el gesto la emoción detallada; de tal forma que, si bien “Jíbaro” es una pieza del arte digital, no deja de tener detrás a intérpretes de la danza que generan la emocionalidad a partir de secuencias de movimientos, reproducida por la tecnología digital.

Seguramente seguiremos escuchando de “Jíbaro” por mucho tiempo, ya que es una obra que emociona, hace palpitar el corazón y nos habla de la condición humana.

POR JUAN HERNÁNDEZ 

COLABORADOR 

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