En las últimas semanas hemos escuchado en diversos medios que las reformas que se discuten y se aprueban en la Cámara de Diputados atentan contra la autonomía del Poder Judicial, lo cual es falso, toda vez que, este poder, desde hace décadas, no es autónomo porque siempre ha estado al servicio del Estado.
Ministros, jueces y magistrados le deben su cargo, por lo que es al gobierno y partidos políticos a quienes siempre han respondido.
Por ello, resulta irrisorio cuando aseguran, sin fundamentos, que desde el Legislativo se está dañando a un poder cuyo papel se ha limitado a cuidar los intereses económicos de sus referentes políticos, olvidándose de impartir justicia al pueblo de México.
Les recuerdo que durante el gobierno de Felipe Calderón, de un plumazo despidieron a más de 43 mil trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, y a pesar de que los afectados interpusieron más de mil amparos, el PJ no les otorgó ni una sola suspensión provisional.
Sin duda, un papel vergonzoso el que adoptaron muchos juzgadores con el fin de obtener privilegios económicos y prebendas políticas, como el caso de la mayoría de los ministros de la SCJ N, quienes han mostrado el cobre (como se dice coloquialmente) al anunciar su renuncia a sus cargos, pues tanto se daban golpes de pecho argumentando que defendían a la Constitución y a la democracia, pero en realidad, renuncian porque ni la justicia ni la ciudadanía les interesa, lo único que les preocupa es irse con una pensión de por vida de más de 300 mil pesos al mes, por lo que ya hay renuncias en cascada lo que resulta insultante para millones de mexicanos.
Por eso, coincido con la presidenta Claudia Sheinbaum, cuando asegura que si las y los ministros renunciaban a sus puestos, lo hacían “sólo para llevarse sus haberes de retiro, que es un montón de dinero...”; y no le falta razón, ya que cada ministro podría tener un aguinaldo de cerca de 580 mil pesos, seguro de vida, gastos de transporte para gasolina y peaje, personal de apoyo (choferes y de seguridad) y vehículos blindados, entre otras prestaciones.
Por eso, ayer en el Pleno de la Cámara de Diputados no dudé en señalar claramente que resulta necesario frenar los excesos del PJ, ya que más que juzgadores, ahora se sienten legisladores, sirviendo como ariete a la oposición.
Lo bueno es que con las renuncias de los ministros que tenían sometido al PJ, además de perder la autonomía y la vergüenza, ahora están perdiendo la credibilidad y el beneficio de la duda, que consiguieron con la complicidad de algunos medios, pues al anunciar su renuncia dejaron ver el miedo de un ministro que nunca estuvo del lado del pueblo, pues tontos no son como para someterse al voto si saben que van a perder, por lo que prefieren renunciar y bajar el telón de su teatro que ocultaba su verdadero interés: dejar sus cargos para conservar su jugosa pensión mensual y demás privilegios que gozarán de forma vitalicia.
POR JULIO CÉSAR MORENO
DIPUTADO FEDERAL DE MORENA
@JULIOC_MORENO
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