MALOS MODOS

Receta para terminar con las agresiones sexuales

El Doctor Patán lo sabía: esto, también, es culpa del neoliberalismo, que todo lo contamina. ¿Qué trajo esta tensión? ¿Cómo se manifestó?

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de México
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Entre los juicios por la pederastia compulsiva (dudo que haya de otro tipo, pero para que nos entendamos) del compañero Evo y las acusaciones de violación contra el compañero Daniel Ortega, al Doctor Patán se le hiela la sangre cada vez que surge un nuevo escándalo por acosos y/o agresiones sexuales de la nueva izquierda planetaria, cuya reputación irreprochable, al margen de algún vínculo con el narco, de comandar el narco o de encerrar adolescentes por protestar contra el narco que encabezan, últimamente se ve lamparoneada con demasiada frecuencia por motivos de estos. Bueno, la sangre de su doctor de cabecera no volverá a perder temperatura. Ha llegado lo que parece una solución definitiva, si bien no necesariamente inmediata.

            Lo digo porque, en España, el compañero Íñigo Errejón, fundador de cuanta organización de izquierda filo bolivariana y woke, y acusado de violencia machista por una conocida actriz, Elisa Mouliaá, ha encontrado la fórmula para acabar con las agresiones sexuales. El compañero, de entrada, aceptó su culpa, renunció al Congreso, y con el Congreso a su condición de portavoz del grupo parlamentario Sumar, que es una de esas organizaciones filo bolivarianas y woke a que me refiero, en las que hay conciencia de que todos los hombres son ejemplos de toxicidad heteronormada salvo Evo y Nicolás Maduro. Luego, publicó un extenso comunicado donde explica que le da mucha pena con todas, todos y todes, pero que tantos años en la política le han pasado factura. Al parecer, el problema radica en una especie de tensión entre opuestos: “he llegado –nos informa, dolido, cabizbajo, en la tesitura de un auto escarnio público de los del maoísmo– al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano”. El Doctor Patán lo sabía: esto, también, es culpa del neoliberalismo, que todo lo contamina. ¿Qué trajo esta tensión? ¿Cómo se manifestó? En “una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica” –esta, como puede verse, es la parte woke hablando–. ¿Cómo terminamos entonces con las agresiones, el acoso, la violencia machista? Terminando con el neoliberalismo, que está ya muy disminuido pero que se niega a morir.

            Gracias al compañero por esta receta para la Utopía. Ojalá que podamos aplicarla rápido, porque aquí, en México, sabemos, hay también un puñado grande de compañeros de la Cuarta Transformación de la Vida Pública que cargan con acusaciones igual de graves o más, que no abandonan el cargo de propio pie ni por milagro y a los que, seamos francos y autocríticos como el compañero Errejón, nadie les cree que sean víctimas de una campaña de descrédito –de todo un compló, pues– para debilitar al régimen.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

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