Ser militante de una causa, de una doctrina política, de un programa social o de un proyecto de nación, implica mucho más que ser sólo afiliado a un partido político.
La militancia política es convicción, identidad, compromiso y determinación de luchar a favor de la causa, doctrina, programa o proyecto de nación con el que nos identifiquemos. Por eso hay quienes se asumen militantes de las ideologías de izquierda o de derecha, o simplemente a favor de la vida, del medio ambiente, de las libertades, de la democracia y de la justicia social, sin necesidad de ser persona afiliada a un partido político.
La afiliación a un partido debería implicar la identidad con su doctrina y principios, con su proyecto de País y su programa de acción; porque ser afiliado o simpatizante de un Partido es también asumirse como militante de la ideología que postula.
En un régimen democrático la militancia se concreta en el activismo y en el voto. En este contexto resulta interesante advertir la diferencia entre padrón de afiliados y la fuerza electoral que en una elección determinada puede llegar a obtener un Partido.
Por lo general los Partidos políticos reciben más votos que el número de afiliados que tienen en su registro partidario. De acuerdo con el sistema nacional del registro de afiliados a partidos políticos del INE, en su conjunto, todos los partidos que contendieron en la elección federal de 2024 suman 6 millones 445 mil afiliadas y afiliados que representan apenas el 7% de la lista nominal de electores.
Considerando que en la reciente elección participaron poco más de 56 millones 100 mil electores; y en el supuesto de que hubiesen votado todas y todos los afiliados a los Partidos políticos, tendríamos que el 89% de quienes ejercieron su derecho al voto no están afiliados a ningún partido; son más bien ciudadanas y ciudadanos que actuaron como militantes a favor de la oferta política electoral de los partidos.
Lo que debe motivar una seria reflexión sobre el sistema de partidos políticos en México, es que los partidos reciben recursos públicos en atención al número de votos que reciben y no al número de afiliaciones que tienen registrados ante el INE.
El Partido con mayor número de afiliados es Morena con 2 millones 322 mil registros y recibió 16 millones 759 mil votos; y el partido con el menor número de afiliados es el PAN con 278 mil registros y recibió 8 millones 970 mil votos. La militancia es entonces un nivel superior de participación ciudadana en la vida democrática del País, por encima de la afiliación partidista.
Es por eso por lo que frente a la crisis que hoy viven los partidos políticos de oposición debido a la estrechez de miras y la actitud cerrada, miope y mezquina de sus dirigencias, 64 millones de electores (22 millones que no votaron a favor de Morena; y 42 millones de electores que se abstuvieron de votar) carecen de una vía confiable de participación política electoral.
Si a lo anterior aunamos el desgaste político que impactará al partido gobernante los próximos dos años como consecuencia de los excesos en que están incurriendo en el ejercicio del poder, la inminente crisis en las finanzas públicas que afectará los programas sociales; y por las naturales divisiones y fracturas que generará el proceso de reconversión de su movimiento en partido político en medio de la ambivalencia de lealtades entre el liderazgo indeclinable del expresidente López Obrador y el natural ejercicio del liderazgo institucional de la Presidenta Claudia Sheinbaum, lo más probable es que su mayoría electoral de coyuntura derive en un éxodo militante que busque otras formas de intervención en la vida democrática del País.
El escenario apunta hacia la necesidad de construir nuevas opciones de participación ciudadana que, sin necesidad de afiliación partidista, se edifique sobre los cimientos de liderazgos sociales impulsores de una novedosa militancia de causas y proyectos que pueden encontrar cauce electoral sin necesidad de afiliación partidaria, en el marco de las opciones que ofrece la legislación electoral vigente.
En este contexto, la experiencia política, el trabajo territorial, la formación ideológica, la expertís en materia de gobierno y gobernanza de muchos cuadros de partidos políticos decepcionados de sus dirigencias y al borde de la declinación de su afiliación partidista cobran especial significado en la construcción de una nueva militancia ciudadana que derive en la efectiva integración de una oposición capaz de convertirse en una alternativa política competitiva y en una opción viable y eficaz de gobierno.
POR MTRO. JOSÉ ENCARNACIÓN ALFARO CÁZARES
COLABORADOR
@JOSEEALFARO
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