COLUMNA INVITADA

Pleitos ajenos

Lejos de ser moderada e incluyente, la Presidenta ha hecho suyos los pleitos del pasado y acelerado el desmantelamiento de los contrapesos democráticos que acotan el poder presidencial y protegen nuestros derechos

OPINIÓN

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Bosco de la Vega / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Bosco de la Vega / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Esta semana se cumple el primer mes de los 72 que durará la administración de la Presidenta Claudia Sheinbaum, y ya hay muchas señales que encienden las alarmas.

Las expectativas ilusas sobre una conducción más moderada y sensata del país se están desvaneciendo. Si bien la Presidenta aún tiene la posibilidad de frenar la locura constitucionalista de Morena en el Congreso, sus actos y decisiones no dan esperanza de que lo hará.

Al escenario de destrucción del Poder Judicial, se suman ahora la reforma que seguramente aprobarán los diputados esta semana y que reconfigura la jerarquía de leyes para impedir que se puedan revisar las leyes y reformas que la súper mayoría morenista apruebe, y los desacatos a resoluciones judiciales que subrayan la vocación autoritaria del régimen actual, al más puro estilo de la administración pasada

El Plan C que impuso el ex presidente López Obrador ha sido plenamente adoptado por la Presidenta, que justifica la acelerada demolición del andamiaje de contrapesos democráticos con la ya conocida retórica de “el pueblo manda”. Lo lógico sería que un gobierno que inicia, buscara la construcción de acuerdos amplios y tendiera puentes con todas las representaciones de una sociedad plural, y no quisiera asumir pleitos del pasado.

Lamentablemente no ha sido el caso. Al hacer suyos los pleitos ajenos, que han llevado a las mayorías oficialistas en el Congreso a aprobar reformas y leyes apresuradas, mal hechas y que lesionan los derechos de los mexicanos, el gobierno olvida que los verdaderamente afectados de que no haya límites al poder presidencial o de que los jueces vayan ahora a responder a los intereses políticos, económicos o criminales que los apoyaron para ser electos, seremos todos los mexicanos. Olvidan también que la responsabilidad del caos que se propicie en el sistema de justicia por la aplicación de una reforma mal pensada, o por la pérdida de confianza de nuestros socios comerciales e inversionistas, será únicamente de la Presidenta.

Sorprende ver a la Presidenta defender agendas que no son suyas, denunciar agravios que no le corresponden e impulsar ideas que no benefician al país. Esto le está costando caro a México; necesitamos una líder con la mente fría para enfrentar la inseguridad, un escenario económico incierto y una compleja realidad internacional, y con inteligencia y sensibilidad para conciliar la pluralidad nacional. Tiempo queda, pero se agota.

CUMULONIMBUS. “Uno de los mayores errores es luchar batallas que pertenecen a alguien más, en otra era, en otro lugar”, Henry Kissinger. 

POR BOSCO DE LA VEGA 

COLABORADOR 

@BOSCODELAV 

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